sábado, 12 de enero de 2013

Convicciones

Estaban sentados en un café. Una escena que se repetía frecuentemente, pero esta vez algo la hacía diferente. Atmósfera. Algo susurraba cambios en el aire, y se podía sentir.
-Se te enfría el café.
-Me gusta frío. No es eso lo que te preocupa… La temperatura del café. ¿Qué pasa?
-Vos no queres estar conmigo.- y siguió hablando antes de que él comenzara a protestar- Para vos estamos bien así, en el aire, pero yo no quiero seguir así. Y no hablo de títulos ni relaciones serias, solo hablo de saber qué es lo que queres.
-¿A qué te referís? Si no queres una relación seria, ¿qué es lo que queres?
-Saber que vos queres estar conmigo. Me da la sensación que te da lo mismo estar conmigo que con cualquiera, y a mí no me sirve que sea conmigo o con la primera que pase por la puerta. – Suspiró- No, no me refiero a sentimientos… A que “me quieras” ni a enamoramientos, hablo de la sencilla convicción de querer estar con una persona. Y yo la tengo: yo quiero estar con vos; pero siento que vos no. Y así no me sirve.
Se lo quedó mirando un rato y finalmente lo besó, “uno de esos besos que humillan a la soledad” y se fue, dejando todo como estaba, él sabría que rastros había dejado en su vida.