miércoles, 17 de febrero de 2010

Ensayo sobre la Vida (adelanto)

"Así es, siempre, irremediablemente, lo bueno vuelve. Nos parecerá largo el camino hacia él, pensaremos que nunca más podremos volver a ser felices, alegres, buenos y vivos. Pero cuando menos lo esperábamos, aparece junto a la carretera ese cartelito verde (porque tiene que ser verde... Verde de alegría, de felicidad, de bonanza, de vida, supongámosle un verde esperanza, si quieren) que nos indica la bajada a la Vida, agarrando una colectora arbolada, con un cielo celeste (o negro, según la hora). Ahí es cuando la vida nos choca, nos atraviesa como una ráfaga de viento fresco."

viernes, 5 de febrero de 2010

Al otro lado del espejo

¿Cómo reconstruir un jarrón roto sin que se note sus ranuras? ¿Cómo hacer para que las cicatrices del accidente no sean puntos sensibles al dolor? No tienes idea de las heridas que tiene mi alma, los mil parches que le he puesto para seguir adelante. Aquí el problema: no he podido curar por completo ninguna de esas fracturas en mi ser.
La cuestión es ¿ahora qué hago? Siento que arruino mi intento de rearmar mi vida, de reconocerme nuevamente frente a mi espejo. No soy yo la que está del otro lado. Esa extraña que me mira con la mirada triste y melancólica no es la que antes me sonreía y disfrutaba de la vida. Algo quiero hacer para volver a mí, volver a sentirme la que siempre fui. Sé que este proceso es molesto para el resto, que no es fácil escucharme, leerme, mirarme así. Pero te pido paciencia, te pido que confíes en mí, que me ayudes a sentirme de nuevo una mujer feliz. Te estoy pidiendo mucho, lo sé, pero si estas leyendo esto, te pido por favor, teneme paciencia, yo quiero ser feliz.


miércoles, 3 de febrero de 2010

El intruso

¿Quién sos? ¿Qué estás buscando acá? ¡Respondeme! Decime quién sos. ¿Por qué te atreviste a llegar hasta este lugar? Mírame. Mírame. Te estoy diciendo que me mires a los ojos. ¡Dale, maldita sea! ¿Quién te crees que sos? Nadie. Escúchame bien: acá no sos nadie. Deja de mirar el piso, mírame a los ojos si realmente tienes el valor como para haber atravesado esa puerta. No voy a permitir que cualquier idiota entre a este lugar… Así que si todavía te crees que hiciste bien, por lo menos, infeliz, mírame y decime quién sos.