jueves, 20 de octubre de 2016

Las palabras también vuelven...

Y una noche, como muchas noches de mi vida, me senté a escribir...

La espina de dios

Es como una espina clavada en el centro mismo de mi memoria, que me permite darme cuenta cuando no hay sinceridad, que me enseña a que confiar no implica desconfiarse de uno mismo.

Hay enseñanzas que son crueles e incluso creemos que innecesarias, pero siempre todo aquello que nos pasa tiene un motivo, en este caso, hacerme comprender que las espinas duelen, pero también significan memoria, significan aprendizaje, implican que hay una razón (que quizás no conozca) para que existan y permanezcan allí, donde molestan, hasta que un día tal vez (pero tal vez nomas) haya forma de eliminarlas sin olvidar.