sábado, 25 de septiembre de 2010

El colmo

Escuchando una canción de hace unos años atrás, viendo fotografías que alguna vez supe sacar y dándome cuenta que dejo pasar los días como agua que corre hacia el mar, gira mi cabeza, me mareo, y vuelvo a girar. Busco excusas que no aparecerán.
Intento explicarme, explicarles, encontrar las razones para que las cosas parezcan estáticas en medio de tanto movimiento.
La evolución no está haciendo lo necesario. Estancada en un hoyo que sé que no es tan profundo, pero igual me dejo sujetar.
Tienen razón, el problema soy yo... Así que yo misma debería transformarme en la solución.
Lo haré, y volveré cuando lo haya logrado.


domingo, 19 de septiembre de 2010

Amor, amor

Es un sentimiento que le ha robado varias lágrimas a mis ojos y noches a mi sueño. Un par de veces me ha dolido el alma y cuerpo por amores que no fueron buenos. Sin embago, no puedo negar que me encataría volver a sentir amor. Ese amor puro y traslúcido que me da una razón de levantarme cada día de la cama, que me provoca una alegría inmensurable, infinita de ver unos ojos brillar, los labios sonreír, las manos acariciar.
El amor como el óxigeno que respiro, la sangre que recorre mis venas, la esencia misma que me hace vivir con un motivo para seguir luchandola.
Es algo que en mil palabras no lo podría describir, es un sentimiento que por más penas que me haya cobrado seguiré buscando a quién me lo haga sentir. Porque ni la más larga condena que me pueda costar me amedrentaría de conseguir ese instante de genuina felicidad.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Todos los finales son el mismo repetido

Se sacó los lentes y se frotó suavemente el entrecejo, intentando mitigar el dolor en su sien. Hacía rato que le dolía la cabeza y el tener que pasar varias horas frente a la radiación de la computadora sólo contribuía a que aumentara el malestar.
Sara se recostó un instante en el sillón, en un intento no muy logrado de relajar su cuerpo. Tenía sueño y el haber saciado con ansias su hambre ahora la hacía sentir una enorme roca. Por dos segundos se preguntó hacia dónde la hubiera llevado una personalidad y autoestima denigrados en momentos como esos. Conocía las consecuencias de no tener suficiente voluntad, y aberraba los extremos a los que se podía llegar. Pero, lamentablemente, esos dos segundos no le fueron reconfortantes, el sabor amargo de recuerdos que creía perdidos le acrecentó el palpito en su cabeza.
Fue a la cocina en busca de un vaso de agua. Miró por la ventana del lavadero hacia el pulmón de su manzana... A lo lejos podía verse el río oscureciéndose con la llegada de la noche. Derrepente todo el malestar se extinguió, como si la contemplación de la inmensidad hubiera asustado a sus demonios torturadores. No era nada, simplemente un soplo en una tormenta de viento.
Y así volvió a su computadora y a la pila de cosas que aún le quedaban por hacer, pensando que si había sobrevivido hasta hoy, lograría llegar al día siguiente.

jueves, 9 de septiembre de 2010

La contaminación del mundo

Sonrisas falsas pasean por la calle, deslumbran con un brillo vulgar que quita todo encanto al más preciado acto humano. Ya no es gente sino espectros aquellos que cruzan en rojo las calles de la ciudad, aquellos que miran para otro lado al caerse alguien al piso por tropezar. Asquerosa alegría ficticia que no logra divertir ni al más iluso.
Todo resulta una copia barata de una realidad que no existió jamás. Los cuentos de hadas que intentaron instaurar una utópica visión de libertad ya no sirven para silenciar el llanto de los pequeños espectros que gritan pidiendo más sangre que beber.
Es una oscura, hasta morbosa imagen de una sociedad consumida por su propio egoísmo, su propio deseo de progresar a toda costa, a costa misma del otro.
Es una imagen completamente desesperanzada de que las cosas no cambiaron, no cambian y probablemente tampoco cambiarán en un futuro, dando paso a la más cruda resignación de caminar entre espectros, zombies, seres sin alma que no reparan en el dolor ajeno, en la necesidad de una mano que consuele, que considere un instante lo que al otro le pasa. Es una visión devastadora, cruel e insalvable.
Sin embargo, aún hay gente que mantiene esta mirada como única posible. Está en nosotros hacer algo para que esa gente sean las menos y poder demostrar que existe la posibilidad de hacer de este mundo contaminado por los sentimientos egoístas algo mejor.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

CCXXIV

Tu nombre me suena a hierba, dejándose arrastrar por el viento de primavera.
Tu boca me sabe a tierra fértil, por la cual me encantaría recorrer ida y vuelta.
Tus manos cual ráfagas de viento se enredan en mi pelo, juegan con él.
Y tus ojos... Esos ojos que miran con la certeza de saber qué es lo que quieren.
Todo tu ser es naturalmente atrayente, naturalmente encantador.
Tan sólo tu presencia hace que las nubes se corran y brille en mi día el Sol.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Reflexión 23va: Deseos de cosas imposibles

...pero pase lo que pase, y que otro me acompañe, en silencio te querré tan sólo a ti.

Hay días en lo que no me daba cuenta que las horas pasaban, las palabras cruzaban el aire que rodeaba mi ser. Pura inocencia de una mente desbocada corriendo por el mundo en libertad. Me sentía viva a pesar de que tenía entablada el alma por completo. Sinceramente me olvidé de todo lo que había ocurrido, de las cicatrices que se estaban curando. Mi mente prefirió fingir que todo lo ocurrido en los últimos años fue un sueño y que ya había acabado.
Pero hay días como hoy en que extraño su calor, extraño su mirada escrutando mi rostro, sus palabras dando vueltas con las mías por largas horas. Es un día en que caigo en la realidad de que lo extraño demasiado como para olvidar de pronto. Lo quiero demasiado para borrarlo de un saque. Es que los amores que matan nunca mueren, dice Sabina.
Y desearía tener un instante más, besarlo hasta el cansancio y entonces sí dejarle ir. Quisiera poder saciar esta sed de su piel. Simplemente para dejar en claro que entrego cuerpo y alma, todo mi ser a quién me enamore. Sin embargo sé que eso no va a suceder, pero ¿quién controla los deseos? ¿Quién le dice a mi corazón que tiene que pedir algo a cambio por entregarse completo?

prometo decirle amor mío al primero que no me haga daño...