viernes, 30 de marzo de 2018

Entrega #7

Gonzalo salía de su oficina, agotado de otro día laboral agitado. Subía a su moto para volver a su casa cuando su teléfono empezó a sonar. Miró la pantalla con hartazgo, pero se sorprendió al instante al reconocer el número. Ya no lo tenía agendado, pero recordaba claramente a quién pertenecía. Atendió.
-Hola?
-Hola... Soy Nati... Disculpa que te moleste a esta hora.
-No te preocupes, Nati. Me sorprende que me llamaras, ¿pasó algo? ¿estás bien?
-Si, si. No pasó nada, solo... Bueno, no sé sinceramente por qué hago esto, pero quisiera que nos juntáramos y tomemos un café, ¿te parece muy loco?- Gonzalo se quedó sorprendido ante su propuesta.
-No, para nada. Decime, ¿cuando queres que nos veamos?
-Te parece... ¿sábado por la tarde? Tengo que ir a Palermo, podemos vernos por ahí cerca.
-Dale, me parece perfecto. Salgo de boxeo a las dos de la tarde. Nos vemos tipo cuatro, ¿está bien?
-Si, dale. Nos vemos en Plaza Serrano el sábado a las 16 entonces.Y... Gonza, gracias.
-No hay problema, Nati. Hasta el sábado.
-Chau.
Cortó el teléfono todavía sorprendido. No imaginaba qué le ocurría a Natalia, pero ella no lo hubiera llamado si no era importante. Subió a su moto y encaró el camino a su casa, sin poder dejar de pensar en ese llamado y lo que le esperaba el sábado.