domingo, 30 de diciembre de 2007

Fuegos artificiales

30.12.04 - 30.12.05 - 30.12.06 - 30.12.07



El olor a humo se hizo presente en sus recuerdos, meneó la cabeza para ahuyentar los dolorosos gritos en su mente. 1095 días. Tres años de que por un momento su mundo se redujera a cenizas y llantos, a gritos y puertas selladas. Pero allí estaba ella, entre tanta gente esperando para volver a su casa, para preparar la despedida de un año más, para refugiarse en manos amigas de esos recuerdos de pena que la persiguen aún. Miró dónde se encontraba, la marcha debía de haber empezado ya. Ese día no iría como había hecho el año anterior. Ese año necesitaba olvidar, aunque sea por un segundo, los recuerdos, y ver el santuario le hacia asomar lágrimas a sus ojos todavía. Ella vivía, pero el humo y la desesperación se había llevado a su hermano. La lágrima se deslizó finalmente por su mejilla. Hubiera querido gritar, pero se contuvo. Daba lo mismo, en su mirada se notaba el dolor por dentro, los recuerdos atormentándola. A pesar de los tres años, ella aún consideraba el tiempo corto para poder dejar de sentir el dolor punzante en el estomago cuando llegaba Diciembre. Había sido fuerte, había seguido adelante, vivido una segunda vida luego de estar a punto de perder la que tuvo desde que nació. Seguía escuchando los discos viejos, que a pesar de los malos recuerdos que al principio le traían, era la única manera que había encontrado para recordar a Juanjo. Lo había entendido, sabía que los recuerdos siempre estarían, pero era mejor evocar los buenos y no los malos. Aún le costaba, pero no tenía más remedio que intentar. Comprendía las otras posturas, las de castigo ineludible por la falta, pero para ella la única realidad era que su hermano se había ido... No únicamente por la "irresponsabilidad" de unos pocos, sino por el desentendimiento de la sociedad, por la falta de consideración de la vida del otro y por la falta de valores que nos ayudaran a guiarnos en la vida, a decir NO ante la injusticia, ante la tentación que genera la facilidad de resolver las cosas sabiendo que quizás, teniendo sólo la duda del lejano quizás, podrían no resultar bien. Ella, hablaba siempre por ella nunca por el general, no podía culpar a unos pibes que lo único que deseaban era tocar rock 'n roll y festejar que estaban viviendo realidad su sueño ante cientos o miles de personas; no podía... Ella misma era parte de esa masa que se dejaba guiar por las típicas tradiciones rocanroleras argentinas, ella había saltado entre las bengalas... Siempre evadiendo el "es peligroso", viviendo el riesgo como si fuera impune a todo daño del exterior. El frenesí del momento era único y sólo pensaba en escuchar más rocanrol, junto con su hermano, saltando, pogeando a más no poder, subiéndose a la espalda de algún flaco que la ayudara para ver mejor al Pato, gritando "IMÁGENES DE SUBIR, IMÁGENES DE SOÑAR" y llorando algunas veces, esas en las que había ido a saltar para olvidar los malos momentos: "ESE DROGADICTO ALARIDO, CUANDO SE QUIEBRAN TODOS LOS SENTIDOS CON UNA CANCIÓN... FUE EL QUE JUGO TODO EL TIEMPO EN MI MENTE COMO ABOGADO Y LIBERO PARA SIEMPRE A ESTA CIEGA RAZÓN DE VIVIR DE TRATAR DE LOGRAR SER LA REVANCHA DE TODOS AQUELLOS QUE LA PELEARON AL LADO DE CERCA O MUY LEJOS Y NO PUDIERON REÍR SIN LLORAR". Ella había sentido muchas veces ese éxtasis de estar entre muchos, disfrutando de un recital... No podía simplemente culpar a una banda de flacos, quizás porque ella misma nunca lo hubiera pensado. Al principio era fácil: "fueron inconscientes, ¿cómo puede ser que no pensaran en que podía pasar?", sin embargo, ellos eran miles, ahí saltando y nunca ninguno realmente había pensado que podía pasar... hasta que pasaba. Y cuando sucedía todo quedaba en que había sido un tonto seguro, que nunca había estado allí y era su primera vez... Pero no, luego entendió que no siempre era así. Que nadie quedaba absuelto de cometer el error, siendo nuevo o veterano en el tema del rock. A todos pudo pasarles, y a al menos unas 2000 personas les había pasado, algunas sobrevivieron, como ella, pero otras muchas, 194 soñadores habían muerto allí durante o luego del incendio. Sofocados con el humo y la desesperación... Los gritos, la angustia, la gente tirada en el suelo luchando por un poco de aire para respirar. A ellos les pasó, a veteranos del rock que nunca pensaron que algo así les ocurriría, acostumbrados a que nada pasara, "educados" con que todo estaba bien como está, que el cambio no era necesario y menos a llevar a cabo por ellos. Confiados a una vida que nunca es de fiar. Ella seguía pensando que la culpa no era de pocos, sino de todos, lo había vivido, lo había sufrido, soñado en pesadillas... Ella seguía firme en su postura de que la única manera de dar final feliz a todos esos sueños que se hundieron allá era buscando justicia, pero no una justicia basada en unos cuantos condenados y enjaulados, sino una justicia de verdad, una que realmente cierre el capítulo que le había tocado vivir a ella y a muchos otros, una justicia que implique que NUNCA MÁS algo así suceda, y aún afirma con seguridad que eso sólo se logrará el día que todos tomemos conciencia del respeto que el de al lado se merece, de que somos parte del sistema que forma a los que nacen, de que la educación no viene sólo en libros, y que para hacer un cambio tenemos que responsabilizarnos de que fallamos, de que no nos dimos cuenta a tiempo, de que hay que poner el límite, y ese límite es la existencia del otro. Debemos tomar conciencia de que somos una sociedad desinteresada, que no piensa en que nuestras acciones pueden afectar a muchas personas más, y que hay veces que respetar los límites no implica solamente nuestra seguridad, sino también la del prójimo.


A 1095 días de la tragedia de Cromagnon digamos BASTA, pero no al rock, sino
BASTA DE INJUSTICIA
BASTA DE INSEGURIDAD
BASTA DE LA CULTURA DEL NO RESPETO

Luchemos por un mundo en que sepamos respetar la vida... Y para eso, lo único que debemos hacer es respetar.


Ni olvido ni perdón... JUSTICIA Por nuestros ángeles caídos allá.


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© 2007 Jaki CS

martes, 25 de diciembre de 2007

Al fin del mundo


Dos desconocidos se cruzan en la calle. Se observan a medida que se acercan, a cada paso recorren con la mirada al otro. Se detienen. Ella lo mira a los ojos. Él dirige la mirada a su boca. Ambos quedan allí, suspendidos en el tiempo, mirando fijo al otro, esperando una señal de movimiento, pero no aparece. Nadie da la voz de ataque, nada incita al contacto verbal entre ellos dos: todo quieto. Quedan así unos minutos... Varios. Ella cierra los ojos. Él aún la observa. De una manera inesperada, ella se da vuelta y comienza a caminar. Él comienza a correr detrás. La toma del brazo. Y nuevamente se la queda mirando. La situación es absurda. Nuevamente ambos parados, mirándose. Ella abre la boca:- Si no vas a llevarme al fin del mundo, por lo menos no me detengas...- Él se queda plasmado, y su mente es un remolino de ideas. Mueve la cabeza negativamente, y comienza a caminar. Ella lo ve alejarse, suspira y sigue su camino, buscando alguna manera de llegar y escapar de la epidemia de tristeza en la ciudad.



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Feliz Navidad y que tengan un buen 2008

© 2007 Jaki CS

sábado, 22 de diciembre de 2007

Donde habita el olvido

Con el viento devorando cada centímetro de la calle, saboreando las hojas de los árboles y levantando tormentas de polvo en la noche, escucho una melodía armoniosa y letal. Las estrellas resplandecen con un color rojo fuego, dando el aspecto de una alfombra de terciopelo azul manchada de gotas de sangre. Esa melodía tan dulce, tentadora, inquisitiva que se entromete en mi piel y busca en los calabozos de mi memoria, me hace sentir extrañamente en paz.
La Luna se muestra distante, extraña en medio de una imagen tan poco conmovedora. Sin embargo, allí está: alta, lejana, fuera del alcance... pero poderosa. Su luz rasga las finas hebras de luz roja, rompe el hechizo que convierte a las estrellas en señales de muerte. Las vuelve amarillentas, las coagula con increíble rapidez. Sana heridas, les da consuelo. Desde lo lejos, su poder es más fuerte que cualquier otro.
El manto se vuelve negro, la luna se centra en el cielo, las estrellas a su alrededor, blanquecinas derraman sobre la Tierra su fulgor, y el viento arrastra por el suelo la basura de las calles. La música sigue sonando, débil pero constante. Lentamente mis párpados se dejan vencer por el deseo de cerrarse. Mi mente es presa de esas notas entrometidas. Las imágenes atraviesan mi cabeza, recuerdos perdidos en medio del olvido, que no quieren dejarse encontrar. Finalmente la armonía cesa y en mi cabeza sólo queda una imagen sobre todas las demás... Sólo un recuerdo que se impone sobre el resto, únicamente un sentimiento escondido entre tantos otros: el miedo.

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© 2007 Jaki CS

martes, 11 de diciembre de 2007

DCLXVI

Desde los suburbios del infierno siento acercarse el terror. Busco con mi alma desconsolada algún rincón donde el miedo no me alcance. Mi mirada furtiva trata de descubrir puntos en la ladera que me permitan sobrevivir. Los recuerdos horripilantes me acechan, cual fiera a su presa. Los misterios del dolor se revelan para hacerme conocer la demencia.
Desde los abismos del infiernos se escucha una canción de muerte y terror. Desde las tinieblas los pesares caen sobre el mundo, ahogando los sentimientos de esperanza y de bondad. Nada sobrevive, casi nada guarda conciencia de algún momento feliz en el pasado. Sólo la más absoluta y horrible soledad. Ya nada tiene importancia, ni siquiera el resplandor del Sol por la mañana, o el brillo de la Luna por la noche. Todo rastro de vida queda opacada, todo sentimiento de amor se disuelve en el aire, todo recuerdo de vos... se esfuma.

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© 2007 Jaki CS

jueves, 6 de diciembre de 2007

Ciclos




Lluvia sobre el suelo, agobios de un mundo sin fronteras, buscando refugios en lugares ocultos. Agua que cae del cielo, rozando con delicadeza las hojas de los árboles. Delicia de sentir una gota recorriendo la piel, buscando montes y valles por donde escurrirse. Lluvia de lágrimas lejanas, que llegan con el viento y se hunden en la tierra, dando paso a la vida de nuevas historias antes resueltas. Pequeñas gotas de placer sudadas por el mundo al grito de un éxtasis silencioso y profundo.
Lluvia, agua cayendo de las nubes, explicitando el ciclo de la vida con una leve y fresca llovizna.



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© 2007 Jaki CS