jueves, 26 de noviembre de 2009

Voces que cantan

Hoy me desperté con esta canción dando vueltas en mi cabeza, hacía mucho que no la escuchaba.

Tengo marcado en el pecho
todos los días que el tiempo no me dejó estar aquí.

Tengo una fe que madura
que va conmigo y me cura desde que te conocí.

Tengo una huella perdida
entre tu sombra y la mía que no me deja mentir.

Soy una moneda en la fuente,
tú mi deseo pendiente, mis ganas de revivir.



martes, 24 de noviembre de 2009

Otra confesión

Al parecer el fin de año me pone en capilla y le da rienda suelta a mis manos... Confesé tantas cosas en este blog, que no podía dejar de admitir esto...


...no puedo resistirme a los hombres que logran sorprenderme.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Confesiones de primavera

Es el día de hoy, que todavía no puedo explicar todas esas sensaciones que me generás...


Aunque tu corazón recircule,
siga de paso o venga,
pretenda volar con las manos,
sueñe despierto o duerma...
...o beba el elixir
de la eternidad,
sos alma de diamante.


...tanto las buenas, como las malas.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Entre la espada y la pared

Estoy en un dilema... Uno bastante complicado. Conocí a alguien que, sin darme cuenta, se ganó un espacio en mi cabeza. Si, sin darme cuenta, porque cuando me quise acordar, me la pasaba pensando en ese encuentro fortuito, en esos ojos. Traté de quitarle importancia al asunto, dejé pasar el tiempo, pero la imagen, las palabras seguían aquí. Entonces decidí avanzar un paso yo también, le devolví la gentileza de dejarme conocer algo de su vida, dándole algo de la mía. Sin embargo, la respuesta se hizo desear, había llegado a perder la esperanza de volver a saber de él cuando finalmente reapareció. Me dura un poco la sonrisa de tarada al ver simplemente letras escritas en un monitor, pero así fue. Confirmado: el ilustre desconocido se había ganado un espacio en mi vida.
Ahora bien, ¿qué hacemos con lo que ya había? Lo complicado de cuando aparece alguien nuevo, es que los que ya estaban siguen ahí y ahora resulta que hay que replantearse qué papel le toca a cada uno. El ilustre desconocido todavía no es más que eso, una persona nueva que apareció en mi vida de manera inesperada y todo lo que viene me es ajeno, pasé la etapa de pensar a cada paso como será el siguiente, me doy el lujo de dejarme fluir con la corriente. Sin embargo, hay personas que ya tenían espacio en mi vida, en mis sentimientos que ahora se han vuelto nebulosos. Estoy confundida. Y por momentos, la alegría que me genera alguien nuevo se ve opacada por la tristeza que me genera alguien que ya estaba. Ahora no sé que pensar, o lo que es peor, qué sentir. No puedo negar que me siguen pasando cosas, y por más de que todo haya acabado, de que haya encontrado alguien más, no puedo negar que me sigue afectando... Que hay alguien que no estoy dispuesta a perder...
No sé que hacer, me siento entre la espada y la pared.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Reflexión 17va.

Afuera el sol está acariciando la tierra. Probablemente las nubes estén dando un paseo lento mientras las torcazas se cuentan los chismes paradas sobre los cables de luz. Algunos perros deben de estar echados, disfrutando de una leve brisa primaveral y viendo a los chicos correr de un lado para otro, jugando. Algunas señoras caminan por la calle de barrio con su bolsa de los mandados pasando mentalmente lista de lo que deben comprar.
Unas cuadras más allá, autos transitan las calles principales. La gente va y viene al ritmo del semáforo. Otros chicos, algo más grandes que los que aún juegan, estarán contándose sus fin de semana en el patio de una escuela. Las maestras deben estar contando las horas para el almuerzo.
Muchas cosas estarán pasando ahora ahí afuera, al otro lado de mi puerta.

viernes, 13 de noviembre de 2009

She goes

La noche la encontró sin saber dónde ir, buscando con sus ojos una dirección que le solucionara el problema. La gente pasaba a su alrededor, algunos ojos se detenían a verla, otros la pasaban por alto como si no existiera; pero, algo latía en su interior, indicándole que aún estaba con vida.
Comenzó a caminar, tomando una decisión. Así llegó a la plaza, y allí aguardó para regresar a su casa. Fumaba impaciente, preocupada. ¿Qué más hacer? Su mente estaba abarrotada de sensaciones diferentes. Cansada, agotada. No quedaba más que seguir aguardando a que la tormenta pase, que un tímido sol asomara entre la negrura del cielo que cubría su vida cotidiana. No le gustaba verse así: solitaria, triste. Su sonrisa se había borrado de su rostro, sus ojos daban testimonio de que estaba triste.
Se sentía atada. Ella que tanto amaba su libertad, sentía cadenas tirando de sus tobillos, amarrando sus manos, lastimándola. Pero no podía escapar, romper con todo e irse, hacerlo implicaba herir a los demás. Eligió arrastrar sus ataduras hasta encontrar las llaves de los candados. Así continúa caminando, sintiéndose sola en medio de la gente, abandonada aún rodeada de aquellos que quiere.
Sin embargo, ella sigue allí, fumando, pensando, intentando no largarse a llorar al pasar los recuerdos por su cabeza. Sigue aguardando ver la luz que le indique la salida.

martes, 3 de noviembre de 2009

Casualidades

No sé quién sos. Nunca pregunté tu nombre y, a pesar de haberlo descubierto después, es como si no te personificara.
Sos un completo desconocido, que apareciste un día con un montoncito de palabras y acordes que me invitaste a conocer.
Luego de eso, no supe nada más. Ni rastro ni noticias.
Pero, sin embargo, hace días que no hago otra cosa que pensar en vos.
Me dejaste algo resonando en mi cabeza, y no logro descifrar todavía qué es.

¿Por qué me pasan estas cosas a mí?