jueves, 15 de mayo de 2014

En tus manos

Nadie dijo que sería fácil. Ni que las heridas cicatrizarían rápidamente. El proceso es largo, lo sé desde el primer día en que me dijiste que te ibas.
Pero lo que te extraño, por todos los dioses que existieron y existen en esta Tierra, es infinito. Siento tu ausencia justo en el centro de mi corazón. Intento distraerme, no pensar, pasar un día a la vez, pero en el silencio recuerdo tus besos, tus caricias, los días y noches compartidas... Y ahi me desmorono de nuevo.
Sé que no debería dejar que suceda, pero es más fuerte que yo. Ya no puedo seguir refugiandome en mi alrededor, me siento tan mal al no poder sonreirle a mis amigos, a mi familia... No es justo para ellos verme llorar. Entonces me encierro. Y en la soledad tu recuerdo se fortalece, toma forma propia y tu sombra brilla en la oscuridad de mi casa.
Y me dan ganas de llamarte, de escribirte, de ir a buscarte. De ponerte frente a mí de nuevo y que me repitas todo de nuevo, que me convenzas que no me amaste nunca, que no sentís por mí más que un cariño trivial, que no se transformará jamás en ese amor que podríamos haber construido juntos.
Porque me cuesta creer que todo esto termine así. Me cuesta desconfiar de lo que vi en tus ojos en todas esas despedidas. Si me diste todas las llaves, te pusiste del otro lado de la puerta para bloquearla. Por algo tuviste que haber destruido todas nuestras bases, y me enoja saber que no me di cuenta a tiempo, que no te detuve.
Y ahora no sé si seguir luchando por tu amor, o quedarme sentada en mi lugar. Ya no sé que hacer.
Sólo sé que te amo, y que me duele muchisimo estar lejos tuyo, que me ato las manos para no escribirte ni llamarte, que me ato los pies para no irme hasta donde estés a buscarte. Y mientras no sé que hacer, espero que esta vez yo tenga la razón, y que no perdamos la oportunidad de ser felices, juntos. Pero para eso necesito que te juegues, que dejes de bloquear tu corazón, que no tengas miedo, no de mí. Cuando te digo que te amo, es mi corazón quien se entrega a tus manos. Y aún lo tienes ahí, por favor, no lo tires.

domingo, 4 de mayo de 2014

Tus huellas

Como tatuajes, tus caricias están impregnadas en mi piel... y perdurarán hasta que mi cuerpo se marchite y se vuelva cenizas.

jueves, 1 de mayo de 2014

Maldito As

¿Qué puedo decir? El vacío que siento adentro en este momento no puede explicarse tan fácilmente.
No esperaba que fuera así, aún cuando el viento me susurraba en el oído la llegada de un Adiós, no quería.
No quiero imaginar mi vida sin vos, me cuesta tanto levantarme y saber que no estás ahí, que no volverás a estar nunca más. Y duele, duele como si todos mis muebles, y hasta el piso, estuvieran hechos de astillas y espadas.
Sé que no soy justa con vos, que no es justo que te diga cuanto duele el haberte perdido. Pero ya el dolor me es tan grande que sobrepasa mi cuerpo, me hace temblar y convierte mis ojos en cataratas constantes.
Y aunque sé que no queres que te espere, que queres que siga mi vida y busque ser feliz, lamentablemente no veo esa posibilidad ahora en mi vida.
No puedo aguantar la posibilidad de saber que todo este amor que siento hoy tenga que morir. No puedo creer que el destino haya sido tan cruel como para que ahora pretenda que te olvide, que borre de mi piel todos tus besos, todas tus caricias. Porque no puedo, ¿sabes? Realmente no creo poder hacerlo. 1 o 2 años no van a ser suficientes. Podré fingir, podré dejarme acariciar cuando el tiempo pase y el dolor se haya convertido en un agujero más en mi corazón, pero no podré olvidarte, eso lo sé. No podré borrar tus rastros de mi vida y la verdad es que tampoco quiero.
Me enseñaste tantas cosas, que no serán tan fáciles de olvidar.
En este mismo instante me duele el alma, y no sé como consolarla. Y no me queda más que desear que mi amor te haya llegado a hacer feliz, aunque no haya logrado que me amaras igual.
Sólo puedo pensar que aunque me duele como una puñalada, que espero que encuentres esa mujer que logre que la ames, y que ella te ame tanto o más que yo. Que vea en vos lo maravilloso de tu ser, que te acepte como sos y no quiera cambiarte nunca. Y te pido por favor que seas feliz, aunque seas lejos mío por favor sé feliz.
Y yo tendré que seguir mi camino, buscar la manera de que el dolor no consuma mi vida. Y poder entender que este amor logró hacerme una mejor mujer, logró que mis días brillaran con mucha más intensidad. Y entender que no puedo volver el tiempo atrás. Quién sabe, quizás algún día nos volvamos a encontrar y las cosas sean diferentes. Qué sé yo. Ilusa ilusión que me queda. Prometo entonces no dejarte escapar, y que si la vida me da esa oportunidad, voy a vencer esa barrera que nos separó hoy.
Porque te amo, y no importa si lo queres creer o no, siempre te voy a amar.