lunes, 7 de noviembre de 2011

Mi oscuridad

Convivo con la oscuridad que hay en mí. Un instante, un minuto donde un foco se apaga, una sombra se extiende y el fuego interior se aviva, como inundado de un oxígeno vital.
Es el momento en que mis demonios arman aquelarre, comienzo a danzar al son de una música demencial, me dejo llevar por el flujo de la energía que hay a mi alrededor.
Un sonido, un silencio. Un placer que se transforma en fragilidad.
Un misterio, un velo que separa mi trance de la realidad.
Una chispa de mi ser que lo envuelve en llamas. Un cúmulo de cenizas a mis pies me pierde en el laberinto circular.

domingo, 30 de octubre de 2011

Siempre supe que sería una pesadilla

Hay algunas cosas que se hacen sentir. Que te previenen de los sucesos que próximamente podrían desencadenarse. Con un cansancio absoluto, mi mente se desconectó y bajó la guardia, dejando fluir una gran cantidad de dudas, supuestos y especulaciones que se materializaron en forma de sueños.
Y así fue que me encontré frente tuyo, en un cuarto desconocido y sin salidas abiertas. Fue que empezaste hablandome tranquilo, diciendome que había cosas que yo deseaba negar, pero no había caso, tenía que ser. Decías que mi cuerpo lo reclamaba, que mis ojos no me dejaban mentir. Y yo no lograba entender de dónde sacabas tantas ideas, si realmente jamás se me había ocurrido verte como otra cosa que no fuera un amigo, un confesor, alguien con quién poder hablar sin tener que disfrazar las palabras.
Pero vos estabas convencido de lo contrario, tanto que me acorralabas contra una pared, me dejabas en jaque sin posibilidad de escapar de esa situación, me sometías a tus deseos, me rasgabas la ropa, intentabas hacerte de mi violentamente, envuelto en un frenesí que era sólo tuyo, mientras yo te rogaba que me dejaras ir, luchaba contra tu fuerza animal gozar con mi cuerpo. Tus brazos sostenían los míos, te las arreglabas para que mis patadas no te hicieran daño. Y aunque siguiera rogándote piedad, que no me destruyeras de esa manera... Aunque mis lágrimas cayeran por mis ojos en forma de cascada, no te detenías, y seguías murmurando que lo mío era sólo teatro, que sí quería que hicieras esto.
Finalmente, en un descuido tuyo por querer concretar tu acto, logro empujarte y salir corriendo de ahí, con mis ropas rasgadas, mi pantalón desabrochado. Salgo corriendo sin mirar atrás, queriendo recuperar algo de mi dignidad en la huida.
Y ahí me despierto. Aterrada. Sin comprender dónde estaba y a qué se debía el sudor frío en mi frente. Me quedo anonadada de ser capaz de soñar con un acto tan vil, pero admitiendo que en una parte de mi inconsciente, siempre tuve miedo de vos, de lo que podrías llegar a hacerme si te habría esa puerta que alguna que otra vez tocaste por probar. Tuve que admitir que siempre vi en tu sombra un instinto animal con el que sé que no podría luchar.

jueves, 27 de octubre de 2011

Sincericidio

La noche te acorrala contra las cuerdas, tus sentidos se ven rodeados por miles de sensaciones estimulantes, peligrosas, que vician hasta que tu cuerpo se empieza a mover, buscando un destino, buscando un placer. Y es la adrenalina lo que corre por tus venas, dilatando tus pupilas, poniendo a punto tus piernas para empezar a andar. La atmosfera se vuelve húmeda, niebla tu visión, te incita a empezar de una vez. Y los impulsos suicidas se apoderan de tu acción, te llevan a esos rincones de tu alma que buscabas evitar hace tiempo. Te ponen de frente a una realidad que no querías ver. Con los ojos abiertos frente al paredón, las manos apoyadas en el ladrillo frío y las lágrimas cayendo por tus mejillas. Es la sombra de tu miedo quien sostiene el fusil. Te apunta justo en la base de la sien, se ríe del sudor bajo tus axilas. Pero la adrenalina sigue corriendo por tus venas, el impulso te obliga a darte vuelta, tus manos temblorosas esperan encontrar un escudo protector. Pero no hay sombra ni fusil a tus espaldas, solo el mismo ambiente de humedad y tensión, de sentidos exorbitados por una droga que impregna el aire. Estás contra las cuerdas de tu propia cordura, lejos de la sucia rutina que te protegía. Estás dentro del impulso a ver más allá, a encontrar los parajes ocultos de tu propia verdad. Estás al borde del abismo que te separa de lo que llegaste a ser y eso que siempre escondiste bajo la máscara de responsabilidad. Llegó el momento, ¿seguirás el impulso suicida de saltar?

domingo, 23 de octubre de 2011

No fue

"No fue bueno haberte conocido" fue la frase protagonista de esa historia desde su inicio hasta su fin.
Todo el dolor, las lágrimas y la desesperación que me generó esa parte de mi vida vivida junto a vos pesaron mucho más que el amor, el frenesí y la felicidad que bien me supiste dar.
Porque fue más alto el costo que el beneficio de tenerte conmigo. Porque aunque haya caído en el fondo del pozo y gritado desde lo profundo de mis entrañas por días, semanas, lo cierto es que el dolor con el tiempo se aplaca. Las heridas se secan con sal y todo vuelve a seguir un curso inértico de la cotidianeidad.
Y un tiempo después, cuando me preguntaron si ya no dolía, si la vida daba esas vueltas tan perras y te pusiera de nuevo frente a mí, si podría mantenerme en pie, supe que no lo sabía con certeza, que las heridas, por más secas que parezcan, dejan su huella y que no quería saberlo hasta que realmente algo así sucediera.
Más de un tiempo después caí en la cuenta lo imposible olvidar ese cuarto de mi vida que es tuya, te perteneció y así será por más que quiera convencerme de lo contrario. Lo pasado ya sucedió y no se puede cambiar. Y comprendí que ese no es el problema, es la realidad, lo que verdaderamente importa, lo que me tranquiliza, es que mi ahora es sólo mío y de nadie más. Refugiada en el silencio, quiero lograr acallar los gritos de tu nombre en mi memoria y aprender a dejarte ir totalmente de mí.
Fuiste un protagonista durante tres años de algo que me ayudó a crecer, me diste la mano cuando lo necesité y me ayudaste a levantarme incontables veces del suelo. Pero llegó la hora de soltarnos de una vez, de mi parte dejarte ir hasta que encuentres tu propio lugar, sin tener esas desesperadas ganas de protegerte sabe el cielo de qué cosas.
No fue bueno haberte conocido, tal vez, pero siendo un hecho irremediable me alegro de haber aprendido de nuestro encuentro.

domingo, 16 de octubre de 2011

Gotas de limón

Flechas de letras, que atraviesan el aire con sus puntas embebidas en veneno.
Veloces como estrellas fugaces que se esconden de los ojos curiosos que las esperan desde la tierra.
Flechas que vuelan en búsqueda de una víctima en la cual enterrarse, derramar su toxicidad sin miramientos ni vergüenza  Cumpliendo su sentido de ser, dejando una herida que no llegará a cicatrizar antes de que su efecto moribundo haya alcanzado el corazón de la presa.
La violencia de su ataque, el golpe de gracia, hará estragos, dejando el sabor amargo en la boca como si la hubieran exprimido dentro el jugo de un limón.
Y cuando la gota amarga de veneno alcance su punto final, cuando ya no haya marcha atrás y la flecha pueda darse por satisfecha, caerá al piso, dejará de tener su potencia abismal y pasará a ser solo un cúmulo de palabras, tiradas por el suelo, sin coherencia, que dejaron su marca letal.

lunes, 3 de octubre de 2011

Raíces

Estas palabras son pura y exclusivamente de desahogo. Necesito decirlo de una vez, antes de que su eco me desvele por las noches, me impida dormir repitiéndome al oído una y otra vez lo mismo.
Necesito decir que tengo tanta bronca que podría gritar, porque tengo que admitir que el tiempo pasa demasiado lento cuando se trata de vos. Y no, mi bronca no es contra vos precisamente (no, señoras y señores, no es contra él), es contra mí misma, contra mi cuerpo que se niega a olvidarte del todo, contra mi voz que de vez en cuando se pone a cantar en tu honor. Es bronca contra el maldito recuerdo que no termina de olvidarse. Tengo bronca de ver que tus raíces calaron profundo, que aunque haya logrado cortar el enorme árbol de tu pasada por mi vida, queda enraizado en lo profundo de mi ser tu huella, tus palabras, tus caricias, tus desengaños.
Y es entonces que busco la manera de que no brote de nuevo todo eso, que se quede ahí en última instancia, como un marca de algo que ya pasó. Porque no puedo echar tanto trabajo por la borda, por más encantadora que sea la promesa de un fruto prohibido naciendo nuevamente. ¿Cómo estar segura que algo sería diferente? No hay prueba de ello... Ya fuimos inocentes demasiado tiempo, ya se demostró lo contrario y fuimos condenados a esta historia que no termina de cerrar; como si hubiese empezado más allá de esta vida y se perpetuara hasta más allá de nuestros cuerpos. ¿O tal vez será sólo en el juicio final podrá determinar la sentencia inapelable?.
Que bronca, mi dios, que aún la semilla siga germinando.

sábado, 17 de septiembre de 2011

El silencio de las rocas

Existe lejos de estas tierras un paisaje oculto a la vista de un simple mortal, un valle entre montañas mágicas que encierra a increíbles criaturas. No me refiero a dragones o cantos de sirenas, son estatuas gigantes. Cuentan los viejos sabios que en esas enormes rocas fueron tallados los rostros de los Señores y Damas del universo, los espíritus que rigen todo lo que existe. El poder del fuego, el agua, el viento y la tierra se encuentran encerrados dentro de esas estatuas. Un templo de custodia a todo lo que compone la vida. Antiguamente ellas cantaban para mantener el equilibrio de todo lo que sucedía en la Tierra.
Pocos fueron los afortunados en llegar a ver ese lugar. Y sus registros de lo que vivieron allí dentro son escasos y ambiguos. Hablan de una música que suena desde las entrañas de las montañas, indicando el camino, mientras más cerca te encuentras, más fuerte la escuchas. Sin embargo, no es tan sencillo llegar, los peligros aumentan con cada tono, como si en realidad se tratara de la voz de la misma muerte la que te llama a su puerta. Sólo los ágiles y fuertes de corazón pudieron esquivar los obstáculos de la montaña. Y una vez cruzada la entrada se han quedado sorprendidos de la belleza majestuosa de las estatuas. Y del silencio. En todo el valle no resuena música alguna, ni el ruido del agua se puede sentir, sólo el silencio absoluto bajo la mirada firme de las Estatuas. Algunos han gastado sus fuerzas inútilmente en gritar, nada puede romper el sueño de las rocas. Ellas lo vigilan todo, lo equilibran, lo silencian.
Ni los más grandes profetas de la historia han podido explicar el porqué de este mudo sueño que llevan las estatuas... Pero se cree que simplemente han perdido toda voz intentando hacerse escuchar en vano mientras las guerras y las muertes acontecían en el mundo, luego de tantas lágrimas derramadas han preferido llevar adelante su dolor silenciosamente hasta el fin de los días.

jueves, 8 de septiembre de 2011

El sueño


Un día me desperté agitada y sabiendo que algo acababa de cambiar en mí. Ese sueño, tan extraño y aparentemente sin sentido había logrado movilizar las fibras en mi interior, echando raíces en mi cerebro dormido y agotado.
Tardé unos minutos en volver a apoyar mi espalda en el colchón. Miraba las paredes alrededor, en penumbras, como buscando alguna señal que me volviera a unas horas antes, cuando todavía no me había acostado y ese sueño no había existido. Pero todo me mostraba el inevitable pasar del tiempo, la concurrencia misma de la vida hacia adelante y la llegada de ese sueño a mí.
Aferré fuertemente las mantas, me hice un ovillo, con las piernas muy cerca de mi vientre, recordando el origen, en una posición que era segura y cálida, muy diferente a la noche de invierno en la que el sueño había llegado hasta mi pieza, hasta mi cama, a mis entrañas.
Poco a poco, mientras los ladridos de los perros y el sonido mudo de la ciudad durmiendo ambientaban mi vigilia, inevitablemente las imágenes volvieron una a una a mi cabeza. El sueño como un conjunto de fotografías sueltas, queriéndose afirmar en mi inconsciente, diciéndome: “He llegado, ahora no me olvides”. Y así, durante lo que calculo habrá sido una hora o un poco más, se sucedieron una a una las escenas del sueño, mostrándome detalles que inclusive había pasado por alto. Y con cada imagen, iba germinando la semilla que había plantando en mi interior en su aparición inicial.
Ahora no podía aparentar ser la misma de siempre, como si nunca se me hubiera develado aquel sueño, como si siguiera ignorante ante aquel suceso. Ese sueño me había enseñado que existe la alternativa de hacer las cosas de otra manera. Que existían dos formas, una bien y una mal de hacer lo mismo. Me había mostrado consecuencias crueles y reales de lo que sucedía cuando se tomaba un camino u otro. Me había enseñado como había llegado hasta ese lugar. En ese sueño, vi la vida desde afuera, oportunidades desdeñadas, ideales abandonados, promesas incumplidas. Vi a aquellos a los que había defraudado, vi aquellos a los que había permitido abusar de mí. Vi todos y cada uno de mis movimientos. Una suerte de esas visiones completas que se tienen antes de morir. Mi inconsciente se había cansado de reprimir todo aquello y le había abierto la puerta de par en par, para que los demonios salieran e hicieran lo suyo. Para que los monstruos hicieran cueva bajo mi cama y tiraran de mis sábanas. Ya no podía hacer como que no sabía todo el mal que había hecho. Ya no podía volver a la inocencia del descuido, al permiso del omisor. Ahora era responsable completa y absoluta de todas y cada una de mis decisiones, de sus efectos, de mis errores.
Ese sueño llegó a mí en una noche fría de invierno, para decirme: “Hasta aquí te he protegido, te toca seguir sola”. Y me dejó ahí, desnuda de toda excusa, expuesta a la realidad en la cual había vivido hasta el momento a la sombra de un escudo protector. Me dejó abandonada en la isla solitaria con una espada a mi lado… “Seguir sola”. “Seguir”.
Esa noche no pude volver a dormir. La semilla terminó de florecer con el alba. Ese día había ocurrido un cambio en mí. Ese día descubrí que era una mujer que con la frente en alto, haría algo por sí misma, y haría algo para que ese sueño sólo fuera una antonimia de la realidad.

sábado, 3 de septiembre de 2011

¿Quién tendrá mi As de corazones?

Cosas extrañas pasan en este mundo. Cosas que parecen absurdas y sin importancia, pero que guardan su significado oculto.
Esas cosas, cuando pasan, se vuelven señales que hay que saber leer. Hace años, de un mazo muy especial, perdí una carta. Así, sin más, desapareció de un día para otro el As de corazones. Sólo el As de corazones. Lo busqué por todos lados, di vuelta la casa, casi literalmente, pero la carta nunca apareció. Revisé debajo de cada mueble, adentro de cada caja, inclusive en el patio por si se había volado por la ventana, pero no logré encontrarla en ningún lado. Siquiera cuando hice la mudanza y dejé la habitación vacía por completo. Y este hecho, aparentemente resultado de un descuido torpe tiene también su peso simbólico. ¿Por qué el As? ¿Por qué el de corazones? Dentro del mazo, esa carta simboliza el amor más grande, puro... Que así, sin explicación, un día desapareció de mi vida; esa carta no podré volver a leerla cuando tire la fortuna otra vez.
Pero no todo es tan pesimista. En algún lugar debe de haber aparecido esa carta y quién quiera que la tenga, mientras la conserve será el dueño de ese amor, de mi carta del amor. Quién sabe, quizás algún día me encuentre a quién tenga mi As bajo la manga.

domingo, 7 de agosto de 2011

Vivir intentando, es vivir.

Estuve buscando excusas para no seguir en el mismo lugar. Alguna señal que me muestre hacia donde debo correr y qué debo dejar atrás. Pero fue inútil. ¿Qué iba a encontrar mirando siempre para el mismo lugar? ¿Acaso fue real ese sueño en que las puertas dirigían todas a un mundo ideal?
No hay ilusiones más reales que los espejismos del desierto interior. No basta con querer salir de la melancolía si no estamos dispuestos a dejar las penas atrás y emprender el camino hacia la felicidad.
No, no basta con querer, sino que hay que hacer. Poner manos a la obra, como dicen, para construir una vida plena, haciendo lo que queremos hacer, dejando lo que debemos dejar. Trabajando para el hoy, para el futuro, aprendiendo de lo que ya pasó.
Hoy me di cuenta que no vale la pena huir, esconderse, de los fantasmas que no me dejan dormir. Hoy caí en la cuenta, que los fantasmas ya murieron, y soy yo la que sigue con vida, la que tiene la oportunidad de seguir, de vivir, de ser feliz.
Hoy mi tiempo comienza a contar para mí.


lunes, 25 de julio de 2011

Más allá del horizonte

La luz iba muriendo a medida que las agujas del reloj marcaban el ritmo. Había estado esperando sentado allí durante varias horas, mirando el desangrar del día acompañar su vigilia.
Cuando el último rayo del sol se escondió tras la línea del horizonte, el café se había enfriado sobre la mesa del bar y un sudor frío le copaba la frente. Su mirada buscó por las esquinas, pero no había rastro de ella.
Su espera se volvió más larga de lo que se había jurado. El deseo por volverla a ver se arraigó en su mente con fuerza y no lo dejaba moverse hasta que alguna señal definitiva demostrara que ella no llegaría.
¿Qué la habría retrasado? ¿Acaso realmente no quería volver a verlo? Las dudas comenzaron a carcomerle las entrañas y la desesperación le hacía brillar los ojos cansados.
El bar cerró. Cuando lo quisieron sacar, se agarró a trompadas con los dueños del lugar. Quedó tirado en la calle, mirando siempre hacia la esquina, esperando verla aparecer. Así lo encontró el día, con sus penas a flor de piel, el sabor del fracaso en su boca y el esqueleto de la esperanza tirado junto a sus pies.
El rencor comenzaba a esparcirse por sus venas. El amor transformándose en odio. La obsesión trasmutada en locura. Toda una construcción imaginaria entorno a esa mujer que no lo quería volver a ver. Tirado en la calle, mostrando sus miserias su alma perdió fortaleza, se volvió su propio verdugo, se convirtió en la misma nada.

miércoles, 6 de julio de 2011

El agua bajo el puente

Ya va a ser 1 año. Es mucho o poco tiempo depende de dónde se mire, ¿no? La verdad que a mi me parece una eternidad que ha empezado ayer.
En otras ocasiones me desesperaría ante tal paso del tiempo, pero no es el caso. Hoy me siento más tranquila, más centrada y decidida de las decisiones que tomé. Hoy me alegro y enorgullezco de haber llegado a un año de no arrepentirme a cada instante de haberme levantado e ido sin más. Porque me sorprende a mi misma, tanto como aquel día aún, que haya podido soportar el no tenerte al lado, el no verte, el no hablar con vos cuando el mundo parecía caerse sobre mí. Y me hiciste mucha falta durante todo este año, lloré demasiadas noches por la frustración del anhelo de verte en alguna esquina. Me sentí desdichada y muchas veces casi tiré abajo todo el muro que decidí levantar doce meses atrás. Por fin entendí cómo era encadenarse para no llamar, para no ir corriendo a buscarte. Principalmente porque sabía cual sería la consecuencia de hacerlo. Y por suerte lo logré. Hasta el día de hoy no corrí tras esa fuerza magnética que ejerce tu cuerpo sobre mí. Encontré una paz alterna que me permite seguir adelante sin vos. Y aunque cueste más, sea más fría que a lo que me tenias acostumbrada, por lo menos no me hace mal. No me siento el juego de alguien, me siento yo misma; con mis defectos y virtudes, con mis ganas de aprender a ser una mujer mejor. Ya en el último tiempo llegaba a mi límite, no caía tan fácil en tu red seductora, hasta que llegamos al punto en que ya no me alcanzaron las migajas de amor que de vez en cuando me tirabas.
Todo eso sucedía hace más de un año atrás, y terminó como ya sabemos: vos por un lado, yo por el otro. ¿Quién lo diría, no? Pensar que me aseguraste que llegaríamos a viejos juntos. Y ahora venos aquí, yo de este lado de la pantalla diciéndote que aunque haya pasado un año y no me arrepienta de mis decisiones, admito que te extraño todavía, porque una parte de mi vida es tuya y no lo pienso negar nunca; pero sigo firme, no vuelvo por lo mismo, hoy valgo mucho más. Y vos estás del otro lado, quién sabe haciendo qué, pero sabiendo que ya no soy la misma, puedo ser parecida, puedo aparentar la misma fragilidad, pero ya no te pertenezco.

martes, 21 de junio de 2011

El rock del olvido

Se quedó asombrado mirando como el humo se elevó hasta el cielo abierto. Sus ojos no podían creer estar viendo eso otra vez. ¿Cuantas veces...? ¿Cuánto llanto debía derramarse sobre la acera? ¿Cuanto más? Pasaron los años, pasaron las noches en vela y los aniversarios. El grito de auxilio tardó en perderse en el viento de la ciudad. Sangramos la herida de tantos sueños perdidos.
Tardó en reaccionar, el shock aun se apoderaba de su mente ante tal falta de conciencia por los demás. En sus ojos un abismo a los oscuros recuerdos del limbo.
Ya resulta inútil intentar explicar el dolor que su alma carga, sobran las cicatrices de pelearse con la vida para seguir adelante, para seguir luchando contra la adversidad de saber que la inocencia ya no es parte de nuestro ser. Perdimos la ilusión de la inmortalidad. Somos hijos del rigor, sabemos que si queremos seguir de pie, tenemos que ponerle el pecho a lo que venga.
Y no lo sorprendió que todavía un pibe (o más) puedan pasar una bengala por los controles, que la hinchada sea más importante que el equipo o la banda. Eso es lo que le preocupó, el agravante es que no impresiona, no resulta impensado ¿Qué tanto tiene que pasar para que las marcas no sean cicatrices sino enseñanzas? Pensó.
¿Qué tanto tiene que pasarnos para volvernos conscientes de que tenemos el mundo en nuestras manos y somos los únicos que podemos cambiarlo?
¿Cuánto más? ¿Qué más?

Nunca más.-

sábado, 18 de junio de 2011

Ahí está la puerta

Me cansé. Me cansé de tus idas y vueltas, de tu indecisión o de tu indiferencia. Ya no sé qué será, pero me cansó.
Soy grande, aunque así no lo creas. Tengo en mi espalda una mochila bastante llena de recuerdos y experiencias a esta altura, que no creo que siga siendo una nena como a veces te pensarás. Me conoces muy poco, aunque hayas estado dentro mío, aunque pienses que ya sabes como soy.
No, lamento informarte que mi cuerpo y mi alma son dos compañeros de ruta, pero hay diferencias que no se encuentran en besos, caricias, sexo. Y eso pasa porque no has querido verlo, te quedaste en mi pasión y no te diste cuenta que tuviste la puerta al cielo abierta ante tus ojos.
Me cansé, sinceramente ya no tengo tiempo para ver si algún día algo cambiará. Y antes que digas que no me has pedido nada, te aclaro que ya lo sé. Que tengo en claro que todo se da. Pero, aunque estés convencido de lo contrario, yo no me doy cuando vos quieras que me de. Tengo el control de mi vida, y con el mismo te señalo que por allá tenes la puerta. Anda por la sombra, que te garue finito y lo siento, descorcharé los dos vinos que tengo en casa en otra ocasión.

martes, 7 de junio de 2011

Tengo ganas

Tengo ganas de que seas mi inspiración, que soñar con vos resulte un deseo constante al momento de irme a la cama. Tengo ganas de que ese sueño, que me despertará con una sonrisa al día siguiente, un buen día se vuelva realidad y ya no sea más un motivo de ilusión.
Tengo ganas de que los tiempos no se lo tomaran con tanta calma y poder disfrutarte de una buena vez. Tengo ganas de que esto no sea una confesión, sino más bien el relato de lo que alguna vez me pasó, porque no puedo aguantarme tanto las ganas de verte, de besarte y darte mi cuerpo y alma. Me muero de ganas de que las cosas se den y todo sea lo que tenga que ser.
Y estas ganas, que resultan tan inexplicables como este deseo que plantaste en mí desde que te conocí, siguen aguardando que tus brazos vuelvan a abrazarme.

miércoles, 1 de junio de 2011

Brillará

Será de día y no te darás cuenta. Abrirás tus ojos y todo será de un mismo color hasta que tus pestañas se acostumbren al cambio brusco que acabas de sufrir.
Porque no es la ceguera de Saramago lo que te hace ver las cosas de una manera diferente; es tu propia alma que se abre en dos dejando volar una paloma blanca de su interior.
Porque abrirás tus ojos y brillará el mundo en tu mirar, llenando de luz todos los rincones que hasta ahora te eran ajenos. Serás como un dios que ha descendido de los cielos a tocar con la divinidad las rocas, dándoles vida. Serás un ser mágico y celestial, regocijando con tu sonrisa a todos y cada uno de los que estamos a tu lado.
Podrás ver más allá del horizonte, no existirán las fronteras que no puedas alcanzar. Podrás elevar vuelo cuando quieras y me llevarás a dar una vuelta al mundo en menos de 80 días.
Brillará el sol en tu mirar, y revivirán los arboles marchitos por el invierno, dando flor en pleno Junio.
Verás que las cosas pueden cambiar con tan sólo desear, porque ya no faltará voluntad de actuar. Borraremos las barreras y las cadenas que nos dejan quietos en este lugar, para disfrutar del nuevo día que comienza abriendo los ojos justo ahora.

domingo, 29 de mayo de 2011

Confesiones de invierno

Tendría que esperar como un mes para que el título de esta entrada coincidiera cien por ciento con la realidad, pero no me podía aguantar... No sé si habrá sido el escuchar el tema anoche mientras mucha gente alrededor mío me escondía del mundo.
Por dos horas pasé a no ser nadie, a sentirme parte de una vorágine juvenil en la cual ya no me sentía tan cómoda como años atrás. Disfrutaba de la música, sentía en mí esa energía renovadora de cientos de almas brillando en un mismo lugar, pero algo me faltaba. Algo que me dejó por cinco minutos enteros mirando el vacío, escuchando de fondo un rocanrol mientras que mi mente salió volando de Palermo hasta quién sabe dónde. Por ¿suerte? fue un lapsus momentáneo y luego volví a ser lo que siempre fui, volví a ser la que baila sin que importe nada, la que deja la voz y las piernas en el campo en cada recital... Pero me resultó preocupante, por unos instantes luego de que mi mente volviera a ese bar con el piso lleno de latas de quilmes y pepsi tiradas por el suelo, me preocupé por que se estuviera acabando ese escape que tanto me sirvió en momentos de angustia para desestresarme, para poder gritar todo eso que nunca grito en un día cotidiano. Por suerte estaban mis dos amigos conmigo, darme vuelta y verlos a ellos me dio tranquilidad.

Quizás todo esto se deba a ese cambio que hace tiempo no me animo a afrontar. Ese darme cuenta que mi búsqueda se fue lejos de mi realidad, que deseo en mi vida mucho más que lo que tengo ahora en manos. En mi carrera sería como si la estructura de la organización no estuviera acorde a la visión que tiene de sí misma.
Siempre me pareció que tuviera más años de los que tengo encima; deseando cosas para las que a veces pareciera no estar lista para tener. Aunque hasta el momento me ha ido bastante bien, he logrado cosas de las cuales me siento tan orgullosa, sin embargo, eso no acalla mis ansias de seguir por más. Siempre fui una mujer muy ansiosa, hace algo más de un año atrás no aguantaba dos minutos... Hoy me encuentro viendo pasar el calendario y poder controlar mis impulsos sincericidas. Alguna que otra vez resbalo, lo admito, pero mi auto-control ha mejorado avismalmente. Me he aguantado la palabra en situaciones que antes hubiera hecho estragos con mi frialdad, porque ese es mi gran defecto, cuando me dejo ser, no tengo filtros. He llegado a decir cosas que hirieron más que un golpe con una maza. Manejar mi forma de expresión me llevó a comenzar a escribir, a buscar las formas para poder decir las cosas de una manera sutil, desarrollé mi suspicacia, mi sarcasmo y mi vocabulario. Comencé a formar esta mujer que soy hoy. Y con todo esto sólo quiero decir que me he dado cuenta que finalmente cambié. Ante aquel reclamante que siempre decía verme igual, que siempre me pidió que fuese como quería ser sin atarme con cadenas (si, al mismo de siempre), ahora veo que he llegado a saltar ese obstáculo que me mantenía en las ruinas circulares, ahora tengo un largo camino frente a mí que recorrer y buscar entre las hojas el perfeccionamiento de mi ser; aquel con el que una vez nací y luego olvidé.
Es hora de seguir, de buscar todo lo que quiero y seguir descubriendo lo que es ser feliz. Es hora de cerrar viejos capítulos y dar paso a lo que vendrá, a todo lo que me espera con tan sólo cruzar la puerta. Ha llegado la hora de vivir todo aquello que quiero vivir.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Reflexión 26va.

Resulta raro, incluso me atrevería a decir frustrante, el estar sentada frente al teclado y no saber qué escribir. Quizás ha aumentado mi nivel de exigencia y las frases que logro hilvanar me resulta absurdas o inconexas. Tan superficial, tan superfluas me resultan algunas de las palabras que se cruzan por mi mente. Tal como un barrilete perdido en la tempestad, siento a mis emociones volar lejos de mi, sin necesidad de explayarse en una pantalla web para darse a ver.
Hoy siento una liberación que, aunque me cueste palabras, se siente mucho más placentera que la clásica amargura de saber que hay cosas no dichas, secretos ocultos entre las sábanas arrugadas de mi cama y quizás alguna otra.
Sigo adaptándome a vivir sin tapujos, sin necesidad de esconder lo que soy. Es como si mis alas hubieran vuelto a crecer y estuvieran listas para comenzar a elevarme hasta los cielos negros, alumbrados de estrellas, hasta la misma luna. Un viaje directo hasta la eternidad.

Si, realmente es molesto no saber bien qué escribir, pero tengo que entender que estoy acumulando experiencia de vida para poder enriquecer los textos venideros. Y entonces, mi palabra será más fuerte que el silencio.

domingo, 15 de mayo de 2011

El ciego

Estaba sentado en una piedra a un costado del sendero. No se escuchan viajantes por el camino, el desierto y él, dialogando a través del silencio.
Su rostro mudo y sus manos estáticas sobre las rodillas denotaban su meditación interna. El tibio aire del mediodía  junto con el sol en lo alto le doraban la piel. Su pelo grisaseo y las uñas crecidas lo envejecían demasiado.
Sus ojos apuntaban al Este, abiertos de par en par, sumido en la más completa oscuridad, sólo el ardor en sus mejillas le hacía notar que estaba en horas diurnas.
En la misma posición lo encontró un viajante de paso, que le interrogó: "¿qué está esperando hombre, tan quieto sobre esa roca?" A lo cual el ciego le contestó: "Espero al iluso que se confíe de sus sentidos.¿Quién te dijo que soy real?"
El viajero no se inmutó por las palabras del anciano, y lleno de soberbia le contestó: "Me lo dicen mis ojos, que no caen ni ante el engaño del espejismo, que te ven ahí sentado. Sólo quise saber qué acontecimiento le resultó tan interesante de esperar, a pesar de la tormenta de arena que se distingue en el horizonte, pero si su actitud será de hostilidad, seguiré mi camino. Alá guardará por su alma."
El ciego hizo una mueca de satisfacción antes de decir sus últimas palabras: "Alá no guarda mi alma, ni ha cuidado de la tuya, viajero. La tormenta de la que habláis no es más que el reflejo de tu destino. Ya has caído en la soberbia humana de los sentidos, ahora caerás en la oscuridad de la eternidad, pues soy la muerte que aquí te he venido a esperar". Y dicho esto, el anciano desapareció, dando inicio a un viento fuerte que se transformó en un torbellino de arena, devorando al viajante en tan sólo un instante.

domingo, 1 de mayo de 2011

Déjà vu

Algunas cosas desaparecen para siempre de nuestras vidas, sin dar excusa alguna de dicha desaparición. Pero otras vuelven... Vuelven sin siquiera tocar la puerta antes de entrar. Llegan, se instalan en el sofá y ya, como si nunca se hubieran ido.
Es tan insólito que es lenta la reacción frente a esta situación. Uno se queda parado con la tasa del té en la mano, como esperando que esa ilusión se esfume con el vapor caliente.
Una metáfora un poco irrisoria, pero la verdad que ver volver ciertas cosas, poder disfrutarlas de otra manera, sinceramente me genera tal impresión. Es como si algo se estuviera repitiendo pero de otra forma. Con un sabor más especial que la primera vez. El poder tener la chance de hacer lo que antes no hice, de vivir como antes no viví, simplemente es como una tasa de té caliente en una noche invierno. Ahora puedo disfrutar con libertad, sin ilusiones o falsas esperanzas, sólo estar en ese instante, dejarme ser y luego seguir adelante, sin pensar si se repetirá o quedará en el olvido de uno de estos recuerdos. Eso realmente no me preocupa en estos momentos, sólo me interesa el haberme sentido bien, el haber hecho lo que quería hacer y ahora estar aquí tranquila, sin historias.

miércoles, 27 de abril de 2011

Vas

Por alguna calle de la ciudad caminas.
De vez en cuando volves hasta acá,
esperando la respuesta perfecta, 
esa que nunca vas a escuchar
porque no soy lo que esperas de mí.
Soy lo que siempre quise ser:
libre, como el viento, como el fuego.
Y así tendrás que aceptarme, 
así tendrás que amarme,
porque eso no lo pienso cambiar.

Y aunque no diga lo que vos queres escuchar, aunque mis lágrimas no lleguen a tu hombro, algo más fuerte de lo que nunca me imaginé me sigue reteniendo en tu recuerdo perdido.Y a pesar de buscar mil formas de olvidarte, es mejor recordar los buenos momentos y de a poco dejarte ir.

viernes, 22 de abril de 2011

Nada es como antes

Hace años que esa frase se apodera de mi vida. Que todo el tiempo la reflexión termina con esa conclusión.
Será que las cosas cambian a un ritmo más rápido del que logro adaptarme yo, o que aún estoy obstinadamente aferrada a mis raíces. No lo sé, pero caer en esa frase, darme cuenta que la respuesta es esa puta frase, sólo me hace sentir peor de lo que estaba.
La vida sigue, el mundo cambia, lo sé. Pero hay cosas que no veo por qué transmutan, no entiendo por qué se tienen que perder.

Tirada en la cama, con mil cosas que hacer, me quedo quieta, sin ganas de nada sólo por haberme cruzado con esta cruda realidad otra vez.
Y lo peor es que me siento tan estúpida. Me molesta en sobremanera esta situación, porque me siento inútil, absurda y con tantas ganas de necesitar el abrazo de gente a la que ya no puedo recurrir.

Siento que tengan leer esto, pero la realidad me golpea con fuerza,  y esta es la herida que sangra por dentro y nadie la puede notar... En algún momento debo dejar salir todo lo que llevo dentro.

Esas pequeñas cosas

En la antigüedad, había una tendencia a creer que para enamorar a una mujer debían realizar actos heroicos. La valentía y el honor ante todo. Guerreros audaces hacían suspirar a cualquier doncella.

Luego se pasó a la era revolucionaria y se pensó que el tener ideales firmes, ser intelectual y matar un par de otros tipos, enloquecería a las mujeres. Años y años de parafraseos que tenían el mismo objetivo.

Finalmente se pasó a la era capitalista. Aquí nació la famosa frase: "Billetera mata galán", donde se valorizó el tener una buena posición económica, ser innovador y ágil en los negocios. Todo para poder darle hermosas casas llenas de cuadros y adornos, mucamas y demás lujos a las damas que caerían a los pies del poderoso galán.

Hoy en día se siguen cambiando las ideas, se sigue ganando dinero, se sigue siendo valiente, pero los hombres siguen sin saber qué es lo que realmente enamora a una mujer. Piensan que son necesarias grandes demostraciones de interés, pero señoras y señores, lamento decir que las cosas más simples son la verdadera clave... Yo he llegado a enamorarme por un simple gesto, una canción, hasta por un budín... Lo último y más raro fue que me enamoré por una bolsa y un pedazo de papel.
Es el gesto, esa actitud que demuestra interés y amabilidad lo que, realmente, nos vuelve tontas enamoradas.

domingo, 17 de abril de 2011

La piel se cambia sola



Y es todo por ahora
ya no tengo tanto que decir
espero me disculpes la demora
prefiero llegar tarde y no mentir.

jueves, 14 de abril de 2011

Grito de guerra

Gritó.
Gritó como si en su interior hubiera fuerzas demoniacas ansiando salir de una vez por todas. Todo el dolor acumulado, toda la agonía que sufrió, salió expedida de su cuerpo en una onomatopeya fuerte y aguda que duró hasta que sus pulmones quedaron sin aire, tirándola de rodillas al suelo.
Con las manos en el piso, su cuerpo intentando recuperarse, sintió una paz que comenzó por su vientre y se expandió a todo su cuerpo, como un orgasmo único y celestial.
Paz, por fin estaba sintiendo paz. Todo lo que la acosó, lo que la perturbó y nubló sus días, venció a todo aquello. Y en ese último grito de guerra, sintió triunfar su voluntad ante toda adversidad.
Se levantó del suelo, limpiándose la tierra de las rodillas. Mirando al cielo, respiró hondo y comenzó a caminar... Siempre mirando al cielo, siempre apostando a que todo será mejor.

viernes, 1 de abril de 2011

Cuando menos lo esperas

Estaba tratando de salir del caos en que se convirtió su vida. Idas, venidas, huídas despavoridas. Quiso dejar todo eso atrás, y por unos meses logró una seudo-paz que la ayudó a dormir por las noches.
Consiguió un nuevo empleo, buscó sacar de su vida a aquellas personas que la habían herido en el pasado. Pensó finalmente en qué era lo que le hacía bien e intentó ponerse objetivos alegres en su futuro.
Ahora el castillo que había construido para su morada parecía ser de naipes y amenazaba con caer. La peor noche en varios meses trajo consigo miedos por lo que queda fuera de su alcance, por aquello que no llega a predecir.
Sus seres queridos sufrían, su cuerpo se negaba a descansar, y el destino pareció complotado para hacerla caer en un pozo de angustia y desesperación. Sin embargo, algo de luz aún la protegía de aquellas sombras que esperaban al otro lado de la ventana ver un poco de debilidad. No se dejó amedrentar por los fantasmas. “A poner la otra mejilla”, se dijo y con la frente en alto decidió afrontar lo que venga.
Basta de lamentos, y a seguir adelante, cueste lo que cueste.

sábado, 26 de marzo de 2011

Tatuaje

Llevo tus marcas en la piel. Calados hasta los huesos tus besos cubren mi cuerpo.
Así es complicado olvidarte, más si con las hojas del otoño tu recuerdo se empeña en traerte a mi presente.
Te llevo tatuado en mi ser, indeleble tus caricias aún me estremecen en sueños.
Así es más que difícil decirte "hasta nunca", borrarte de mi vida de una vez por todas.
Más de una vida nos pasaron por encima, poblaron nuestra historia de encuentros y desencuentros.
Así fue que llegamos al punto en que el castillo de naipes se derrumbó. No pudimos seguir tapando baches.

Así me doy cuenta que matar este amor me está costando más de lo que yo pensaba.
Quizás porque en parte no quiero, quizás porque realmente hay amores que jamás se borran.

jueves, 24 de marzo de 2011

No olvidar, siempre resistir

...








30.000 compañeros desaparecidos ¡PRESENTES!
30.000 compañeros desaparecidos ¡PRESENTES!
30.000 compañeros desaparecidos ¡PRESENTES! Ahora y siempre.
¡AHORA Y SIEMPRE!

 

domingo, 20 de marzo de 2011

El pecado original

Sé que alguna vez conté de haberme sentido Eva, tentada por algo prohibido, cuyo alcance me traería grandes males. Hoy vuelvo a la analogía, pero traída por motivos distintos. No quiero volver a cometer los mismos errores de antes, pero resulta tan tentadora la manzana que cuelga del árbol. Y lo que me pone en alerta es el hecho de estar empezando a asustarme a mí misma: Estoy viendo la piedra con la que me tropecé ponerse nuevamente en mi camino, y a pesar de querer rodearla con claros motivos, mis pies no se han desviado ni un centímetro.
Siento como algo en mi interior me advierte, me dice que no es bueno seguir así, obsesionarse con lo que no puede ser. Más allá de toda creencia, más allá de todo tipo de fe, sé que la tentación es un enemigo mucho más venenoso que la serpiente endemoniada. Hoy estoy hipnotizada con una danza de cosas prohibidas, bailes exóticos que me encantan, pero me perjudican. Cada movimiento es como un flechazo en el tobillo.
Quiero hacer algo para cambiar, para ser fuerte, para no dejarme engañar. Quiero saber que tengo riendas y puedo cambiar el camino. Necesito que lo que venga en mi camino me haga sentir bien y feliz.
Me da la impresión que lo merezco, aunque sea un ratito.

Me siento desnuda y expuesta, justo como si ya hubiese mordido la manzana.

lunes, 14 de marzo de 2011

Reflexión 25va.

¿Qué nos queda si tiramos nuestros sueños por la borda? ¿Hay realmente otra motivación que el deseo de cosas aunque aparezcan como imposibles?
Estas preguntas me acosan en momentos de incertidumbre y pesar, cuando todo lo que logré construir se tambalea y amenaza con caer. Como un castillo de naipes al aire libre.
Tanto esfuerzo parece estar a punto de perderse. Las dudas se instalan en un rincón de mi habitación y velan durante mi sueño.
Son momentos difíciles de afrontar si no tenemos claros nuestros objetivos. Parecemos una hoja a punto de desprenderse del árbol.

Y ahí mismo, cuando todo parece desvanecerse, es que debemos recordar aquello que deseamos para nosotros mismos, lo que realmente queremos en esta vida que nos tocó vivir. Es ahí cuando no podemos soltarle la mano a nuestros sueños, sino que debemos tenerlos más presentes que nunca. Porque sin ellos, no somos nada; no podemos avanzar. Hay que luchar por aquello que nos hace bien, dejando de lado todo lo que nos haga mal.

martes, 8 de marzo de 2011

Freedom

No te gastes, no hay nada que pensar.
No hace falta las explicaciones tardías de las cosas no hechas.
Libre, ¿conoces el significado?

I wanted to break free...


domingo, 20 de febrero de 2011

Music and Wine

Can you believe that?
The day is dying and your eyes look my hands playing around the glass of wine. Please, don't talk, nothing is happening today. We are not exist.

Only the music, the clothes on the floor... And we are one.

viernes, 4 de febrero de 2011

Break

No encuentro las palabras para describir lo que sucede. No hay una nostalgia que me haga pensar en analogías oscuras y románticas. Tampoco una alegría desenfrenada que me de un toque de humor para contar las cosas.
Pensarán que, entonces, lo mejor sea dejar de escribir. Esperar a que algún suceso fortuito me genere alguno de esos dos estados tan creativos.
Pues no, me rehuso a escribir sobre penas o amores encontrados. Me niego absolutamente a caer en tal redundancia... Estoy pisando el borde del abismo, pero aún me mantengo firme en la tierra.
¿Qué más bello que escribir lo natural de lo cotidiano? Sin afanes de versos románticos o lamentos perpetuos.
Estoy en paz conmigo misma, estoy tranquila por la vida.

Qué lindo, qué bueno decir: estoy viviendo. Y estoy en paz con ello.

jueves, 20 de enero de 2011

Enciéndeme

Una melodía envolvente deja mis músculos en jaque.
No tengo mucha resistencia, mis manos no me obedecen.
Y esa voz, susurrante, melosa, amante de mis oídos.

Es excitante, como un orgasmo celestial que no cesa,
mucho más profundo que el simple placer carnal.
Es un instante, una palabra que suena y logra la plenitud.

No es salvaje, no es erótico, es vital.
Es real.
Es pasión.

~no sé distinguir entre besos y raíces...

viernes, 7 de enero de 2011

Disney

Viendo viejas películas de mi infancia, caen en mi caja de recuerdos las historias de príncipes y princesas, donde la magia y el valor se adueñan del momento, todo parece posible, los malos pierden la batalla y todotiene un final feliz.
¿Qué ha sido de todos esos sueños de un mundo ideal? ¿Dónde se han escondido los genios y hadas madrina que hacen nuestros deseos realidad?
Nuestra inocencia ha quedado estancada en la última página del libro, la última canción de la película. Ahora sabemos que no existen las alfombras mágicas ni hay manzanas envenenadas. Que no hay hombres valientes dispuestos a arriesgar su vida contra un dragón con tal de rescatarnos de nuestra torre prisionera.Sin embargo, es lindo poder perderse una hora o dos, o aún un instante nomas, dentro de esos recuerdos, esos sueños que alguna vez también fueron nuestros.Y a pesar de saber que no hay unicornios ni árboles que hablan, me siento una princesa a mi manera, que mientras vive disfrazada entre la multitud, espera aún al guerrero que la venga a rescatar.