martes, 30 de abril de 2013

Insueños

Ya he tenido sueños que me despierten con un amargo sabor en la boca... Pero no me preocupaban demasiado, en esa epoca era algo normal tener pesadillas, hasta incluso despierta.
Ahora me resulta raro, me pone nerviosa que sueñe algo que me logre despertar a la 5 am un martes. Porque no debería haber nada que me asuste tanto en un sueño ya... Sin embargo es la segunda noche que abro los ojos, siento ese sabor pastoso en mi boca, y al mirar el reloj ni siquiera estoy cerca de la hora de levantarme habitual.  Por eso estoy aquí, sentada en mi computadora escribiendo estas palabras, porque mi cerebro me está diciendo: "Dale nena, es hora que vuelvas a escribir, y poner en letras todo lo que no terminas de hablar".
Siempre fue así, antes no lograba decir nada, no tenia el espacio o dolían demasiado las palabras. Ahora que ya tengo mi escenario, que mi libreto está listo para que lo escriba con lo que quiera, aún asi me despierto con las sábanas revueltas, preguntándome por qué?
Y pensando un poco, entre ayer y hoy, me doy cuenta que el miedo que siento lo he sentido antes; no de la misma manera, no por las mismas razones, pero sé que alguna vez he temido a lo mismo: a perder. Perder lo lindo que tengo ahora, a esa persona que me arranca una sonrisa cada mañana y me mantiene iluminada el resto del día. Esa persona que con tan sólo una palabra logra disipar todas las sombras que vienen a confundirme. La misma persona que ha logrado eliminar todas las muralla que habia construído a mi alrededor para protegerme de cualquier intento de llevarme nuevamente al campo de batalla que implica estar enamorada. Y el pudo con todo eso: con mis miedos, mis barreras, mi insistencia en no creerle. Finalmente me sacó de esa prisión autoimpuesta y me trajo al mundo real, con sus altibajo, con sus noches con sueños malos, con su abrazo para quitarme el frío. Me trajo al mundo donde nuevamente me toca ponerme a escribir, a decir que algo me está pasando y no me deja dormir, pero la diferencia creo que radica en lo que hago luego de despertar con el sabor amargo en la boca... Esta vez no lloro, no pienso "maldita sea", sino que miro a mi alrededor para recordarme que estoy en el Ahora y sonrío sabiendo que a esta misma hora, mañana, me podré dar vuelta y refugiarme entre sus brazos para disipar cualquier ataque del miedo en los sueños.

martes, 2 de abril de 2013

Miedos

Cuando sentis ese escalofrío que te recorre la espalda y se expande hasta la punta de los dedos, ya es el punto en que no sabés qué más pensar, y tu cuerpo te trata de indicar que debes detener toda esa neblina que se asoma a tus ojos y enfriar la cabeza. Porque no tiene sentido seguir regando la tierra si la lluvia ya se encarga de eso. Es absurdo deshidratarse y tu cuerpo te lo advierte, te indica que debes respirar hondo y esperar... Sólo esperar a que ocurra lo que tenga que ocurrir, a no desesperar y aguardar los sucesos. Porque por llorar el miedo no se irá, al contrario, se alimenta de tus lágrimas, vive de ellas y las usa como combustible para atormentar tu cerebro con supuestos y mentiras.
Así que ya sabes, cuando sientas ese escalofrío que te recorre el cuerpo, debes respirar hondo y tranquilizarte, siempre hay quien te de una palabra de consuelo y aliento. Y sino, siempre puedes volver a leerme. Aquí estaré y intentaré reconfortarte con mis palabras...