miércoles, 16 de octubre de 2013

Toma de decisiones

Es difícil. A veces más de lo que creía, pero cada vez que lo pienso me sorprendo de que resulte así.
Es muy difícil saber qué cadenas debo mantener y cuales cortar, saber distinguir entre las que me sujetan y las que me sostienen. Creo que poca gente puede notar la sutileza de esa diferencia. Quizás si se piensa que las que nos sujetan son aquellas que encontramos en las mazmorras, mientras que las que nos sostienen son como la cadena de Andrómeda, ahí tal vez vean a qué me refiero.
Pero a veces resulta muy difícil lograr esa distinción, ¿y qué se hace si cortamos las cadenas equivocadas?
¿Qué hacer cuando las posibilidades de caer a un abismo o lograr alcanzar las nubes volando son 50 a 50? Pues ahí ya queda en cada uno, en la valentía para enfrentar la incertidumbre o la precaución de evitar una catástrofe.
¿Qué harías? ¿Qué haría?
No lo sé, creo que mi tendencia a las caídas ya me curtió lo suficiente como para no temer a un abismo, por más profundo que sea, pero sinceramente hoy me resulta muy difícil, primero la distinción y luego la decisión.
No sé que hacer, así que recurro al lector ocasional, a aquel que me ha leído siempre escondido entre las sombras, a aquellos que me acompañan desde siempre. A ustedes les pregunto: ¿qué hacer?