jueves, 30 de octubre de 2008

Mucho tiempo.

El sol está brillando en algún lugar de la tierra. Mis ojos miran más allá del vacío que se extiende entre nosotros. Tu luz atraviesa fronteras y llega hasta mí. Nuestras manos se tocan en la nada, y tus labios susurran en mis oídos el silencio de nuestras palabras.
Así es siempre, sensaciones perdidas, encontradas, olvidadas e invisibles. Abrazos en la oscuridad, de tu cuerpo contra tus sabanas y mis manos alrededor de mis brazos. Así son nuestros besos, con tus labios abiertos al viento, que los trae hasta los mios con la brisa. Todo es ficción: tu vida, la mía, nuestro amor eterno que nació con el mismo universo. Nuestra historia de guerreros y princesas. Nuestras tardes compartidas en silencio, mirando el cielo, recostados en el pasto. Nuestras charlas en la oscuridad, nuestras miradas de ansiedad por saber quién dirá la primera palabra después de una pelea. Todo no existió. Nada ha sido en realidad. Ni tus sueños con mis caricias ni mis recuerdos de tus "mi vida".
Estamos lejos el uno del otro. Nunca nos conocimos, nunca nos amamos en realidad. Sólo somos el invento de una mente imaginaria que se propuso apropiarse de tus ojos para convertirlos en mios, de mis labios para hacerlos tu propiedad, de nuestros pasados para unirlos en la eternidad y de nuestros sentimientos para hacernos desear encontrarnos algún día, frente a frente, mirarnos a los ojos y darnos cuenta que somos esos que siempre supimos que eramos: el guerrero y su princesa, la guerrera y su diestro maestro. El amor hechos carne y la pasión personificada. Juntar nuevamente, y por primera vez, nuestras manos, entrelazando nuestros dedos. Sentir la humedad de la boca del otro. Abrazarnos como tantas noches lo hicimos en soledad.
Darnos cuenta que realmente siempre fuimos, somos uno en el viento, el agua y el fuego. Somos nuestro pasado juntos y nuestro presente separados, somos un futuro incierto y un amor eternizado. Somos sólo tú y yo.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Camino

Todo comenzó una tarde, en la que no sé bien por qué comencé a andar sin rumbo. Un camino me llevó al norte. Caminé varios días sin pensar siquiera que me alejaba de mi hogar. Simplemente seguía caminando, moviendo mis pies, descansando bajo algún árbol, y así llegué: El linde del bosque me indicaba que casa había quedado atrás por varios, demasiados, kilómetros. Ahora me enfrentaba con los árboles que escudaban ese misterioso lugar. Me tocaba mirar hacia los costados y ver que ese bosque era el más grande de la zona. El camino seguía adelante, luego del primer árbol que se encontraba justo frente a mí, se veía el camino. Era una barrera, tendría que atravesarla si quería seguir al norte. ¿Quería? Supongo que sí, porque mirando con curiosidad y algo de desconfianza, tomé aire y pasé junto al árbol que me impedía el paso. Al momento en que mis pies dejaron el sendero libre de pasto por el que había llegado, un abismo se comenzó a abrir a los costados... Tuve que reaccionar con rapidez y rodear el árbol para volver al camino. Una vez que mis pies estaban nuevamente en él, el abismo desapareció. Me quedé mirando atrás, todo volvió a ser como un principio: Sólo un árbol que obstruía el paso, y más allá, el sendero libre de pasto que llevaba a mi hogar.
Con un suspiro seguí andando. El camino era lo suficientemente recto como para darme cuenta que seguía yendo hacia el norte. Siempre al norte. Ninguna planta se acercaba al caminito, ni se veían rastro de animales que habitaran por allí. Me resultó extraño, nadie pasaba nunca por ahí. Salvo yo, ese día. Todo era extraño, pero mis pies no se detenían. Así pasaron dos días en el bosque. Llegué a un río, o eso me pareció. Cuando estuve junto a él, vi que estaba partido en dos por el camino. Me arrodillé, con cuidado de no dejar de pisar el sendero, recordando la escena del árbol. El río venía de lejos, y no pasaba por debajo del camino, ni sobre él. Sin embargo, del otro lado, continuaba. Introduje mi mano en el agua fresca y limpia, y me di cuenta que estaba muerta de sed. Tome el agua con mis manos y luego introduje mi cabeza en ella, para refrescarme. Me paré y continué caminando, hasta que esa misma tarde llegué al final del bosque. Un árbol nuevamente se encontraba plantado en medio de él, pero esta vez, su tronco estaba abierto en dos, como una puerta de salida. Debo reconocer que aquello me dio desconfianza, pero ya había caminado tanto que decidí pasarla de una vez por todas. Mire hacia atrás, el bosque se oscurecía, y al otro lado de la puerta-árbol, el anochecer estaba escondiéndose por un costado. Mis pies tomaron la iniciativa por mí, y en un instante me vi pasando por el árbol. Al poner el pie sobre el sendero nuevamente, el árbol-puerta se cerró, el bosque desapareció y frente a mí tenía a un dragón mirándome con violencia. Mis ojos pestañearon un instante y al abrirlos, el dragón ya no estaba, el bosque seguía desaparecido y mis pies continuaban caminado.
El norte estaba pronto, lo sentía en el viento cada vez más frío. Tres semanas pasaron hasta que por fin me encontré con mi destino: Una inmensa puerta de hielo que indicaba la entrada al norte. Miré a través de ella. El camino no continuaba. Tuve un presentimiento, pero mis pies no quisieron darme consejo esta vez. Dudé, por un instante pensé en volver... Pero habían pasado tantos días, tantos kilómetros. Así que volví a respirar hondo y avancé. Como lo supuse, al dejar de pisar el camino que me había llevado allí, el piso se abrió y el abismo se hizo presente, para tragarse todo el mundo en tan sólo un instante.

sábado, 25 de octubre de 2008

Manejando la ansiedad

Nuevamente me tocó sentir tus labios, sentir tus caricias en mi brazo mientras me abrazabas junto a vos... Otra vez me tocó leer en tus ojos el deseo de entrar en mi piel y de sentir mi aliento junto a tu oído. Me tocó sentir tu pasión y luchar contra nuestra ansiedad de estar el uno en el otro.
Nuevamente he vuelto a caer en tus redes, te he reconocido que extrañé tus caricias, nos hemos conectado a través de las miradas, los besos y gemidos. Hemos sido uno sin llegar a serlo.
La historia se repite, pero de manera diferente. Misteriosamente, esta vez las cosas son distintas a como vivimos el momento tiempo atrás. Ahora siento tus ojos más sinceros, mis besos más realistas, nuestra lucha como algo verídico. Ahora siento que somos lo que realmente queremos ser, que he dejado el disfraz de lado y que puedes verme tal como soy. Siento que no sé si esto va a continuar mucho tiempo, si vamos a ser felices juntos o sólo vamos a unirnos bajos las sábanas, pero, como decía, misteriosamente no me importa, sólo sé que hoy quiero estar con vos, como sea que se den las cosas, quiero disfrutar el momento con vos, sentirte en mí, viéndote deseando estar conmigo... Y si al final, la separación es inminente, por lo menos puedo decir que soy feliz.

martes, 21 de octubre de 2008

Susurros

Esto lo escribí hace unos días atrás.. Ni me acuerdo por qué fue que no lo publiqué en su momento.
***

Estoy parada sobre una plataforma pequeña, que se sostiene en medio de la soledad. A lo lejos puedo ver el mar, y las estrellas que se esconden tras la línea del horizonte. Escucho al viento susurrandome palabras de despedida, de sueños que se han vuelto realidad y de mentiras que no vale la pena seguir creyéndolas.
Palabras pasadas y futuras se hacen eco entre las olas y me dicen que mejor dejar de lado un sueño que no tiene fundamentos. Que mejor cerrar la canilla definitivamente y dar paso a otra historia... Me dicen que no vale seguir aguardando, que no importa cuanto tiempo pase, la puerta no puede seguir abierta a una persona que nunca va a querer entrar. Mejor guardar el corazón a alguien que valore lo poco que aún queda de él. Mejor seguir caminando en búsqueda de ojos que logren penetrar mi ser. No vale esperar por alguien que no desea la compañía. No vale nada querer a alguien que nunca nos querrá.
Escucho al viento, y mientras alguna lágrima cae por mi mejilla, pienso que tiene razón. Mejor es tirarse al mar y nadar sola que aguardar allí a que alguien vaya en mi búsqueda.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Buscando el entendimiento.

Somos un sin número de recuerdos, olvidos, miedos, sueños y pesadillas, rejuntados en una masa de músculos y huesos, de plasma y células. Y lo más complicado, es que a pesar de todos los intentos, todas las puertas que se abran, nunca llegamos a sacar fuera todo lo que somos. En parte, porque ni nosotros mismos sabemos qué somos en total.
Me imagino como un collage absurdo que alguien se olvido de corregir. Una suma de errores y emparches. Algo que si se analiza detenidamente, no tiene lógica. Simplemente porque no hay funciones que indiquen los pasos siguientes, los valores que se pueden tomar.
Cada uno de nosotros terminamos siendo una historia mezclada, inconclusa infinitamente, llena de baches y revueltas. Terminamos siendo tal confusión que decimos las cosas de manera inconexa, y no somos, en la mayoría de los casos, capaces de decir las cosas tal como son, o como creemos que son. Siempre terminamos dejando un lugar a la duda, a la esperanza ajena, porque entre todo lo que nos toca ser, somos cobardes, incapaces de cerrar puertas, y en ello, también terminamos siendo injustos o egoístas.
Somos el resultado de una paleta mal combinada, con pinceles viejos y deshilachados. Somos algo que no tiene explicación... Somos un conjunto de sentimientos escondidos que no somos capaces de demostrar. Estamos hechos de mentiras y engaños, de alegrías y promesas, de miserias y virtudes... De tantas cosas buenas como malas. Estamos conformados por los sueños incumplidos y por las pesadillas vueltas realidad. Somos todo y nada a la vez, pero somos aunque sea.

jueves, 9 de octubre de 2008

¿Qué más da?

Voy a sacar de mi una parte que no me gusta mucho sacar: la crudeza.
Tengo una cualidad que no sé todavía si es algo bueno o malo, pero lo que es claro es que puedo ser extremadamente cruda para decir las cosas. Por lo general, en momentos de tensión, esa crudeza saca de mí las palabras exactas que pasan por mi cabeza, llegando de decir las cosas con frialdad, pero con un inevitable shock hacia la persona que es interlocutora en ese momento.
No sé si se me entiende, últimamente no logro articular mis pensamientos de manera coherente o agradable por lo menos a la lectura de los demás. Por eso estoy recurriendo a este karma mío, pero con la diferencia que no pienso usar esta arma contra alguien externo, alguien al cual estoy analizando y conceptuando, sino contra mí misma, y contra estas superfluas escrituras que estoy sacando del cajón.
Veo en mis textos, en los últimos, una superficialidad que me exaspera. Me saca de quicio leer algunas palabras que no terminan dando el mensaje que realmente quiero dar. Quizás es una crisis, todo escritor sufre alguna vez en su vida no una, sino varias crisis. Ya sea porque se encuentra sin material que estimule su mente, o bien porque llega a una situación que lo estanca en un punto muerto. Pero no considero esa mi situación. Me encuentro con muchas cosas que quiero decir... De mí, de mis sentimientos, de mi visión del mundo. Tengo mil cosas que me estimulan para querer decir algo, lo que no encuentro es el medio, son las palabras con lo que decir todas las ideas que se arremolinan en mi cabeza. Y lo peor, lo más horrible de mi situación es que necesito decir esas cosas, porque me están carcomiendo por dentro, me están asfixiando y sólo logran empeorar mi situación.
Dije que iba a usar mi crudeza, y es mejor hacerlo de una vez. Veo ante mí una persona insegura, que tiene miedo a hacer las cosas que realmente quiere hacer. Me encuentro con alguien que no sabe decir que no, que tiene un miedo terrible a perder las cosas que ni siquiera sabe si tiene. Una imbécil que no sabe lo que quiere y lo que es peor aún, que cuando lo sabe no tiene las agallas para ir a buscarlo... Simplemente se sienta a ver si por puta casualidad las cosas se solucionan solas y todo termina saliéndole como quería. Es una persona absurda, idiota, miedosa e inconsciente. Que deja pasar las cosas, se calla cuando algo le cae mal en vez de ir y mandar a la mierda a las personas que ya ni guardan respeto por ella. Estoy viendo a una persona que es tan pelotuda como para no decirle al tipo que quiere, que le importa un carajo el universo entero si es necesario. No es capaz de tomar una puta decisión en todos los aspectos de su vida, pero es tan cara rota como para ir por el mundo haciéndose la superada. Cuando por las noches es capaz de acostarse llorando sin siquiera darse la oportunidad de consolarse. Tan buena que en vez de gritar que está mal, pone la sonrisita y dice que está todo bien. Eso es lo que veo, una persona que en conclusión, no es otra cosa que una aterrada mujer que no puede tomar coraje y salir a buscar su vida. Eso veo cuando veo mi reflejo en el espejo: nadie.

martes, 7 de octubre de 2008

Alguien más

Su nombre es Juan Manuel. Vive solo en un mono-ambiente del centro de Capital. Trabaja de cadete por las mañanas, en una tienda de computación por la tarde y dedica cuatro horas de la noche (tres veces por semana) al estudio en la universidad.
Le gustan los Red hot chilli peppers, fanático de Pappo. Escucha Jazz todos los viernes por la noche. Toca el bajo, y pocos saben que también es diestro en el saxo. Una vez supo tener una banda con unos primos y amigos, pero se separaron cuando el guitarrista tuvo un hijo, se casó y se fue a vivir a Rosario.
Actualmente es soltero. Su última novia lo dejó por un tipo que laburaba con ella. Hace algo más de tres meses de eso. Estuvo depresivo un tiempo, pero hoy en día está reconstruido de aquel evento. Está con una compañera de facultad, pero no es formal. Sale sábado por medio. Le gustan los bares, principalmente los de San Telmo. Tiene pocos amigos cercanos, y suelen comer asado todos los domingos mientras ven la carrera.
Su familia vive en Río Gallegos. Tiene una hermana menor y un hermano mayor. Su madre lo llama cada jueves a la noche para saber como anda el "niño". Su padre murió en los '70, víctima de la dictadura. Era periodista. Juan Manuel tiene una foto en la estantería sobre la pc, donde su padre aparece tocando el saxo.
Su hermana vive con su pareja. Su hermano está casado y tiene dos nenas, que son las consentidas del tío. Le encanta el Sur, pero hace meses que permanece en Buenos Aires. Para las fiestas tiene pensado irse para allá, a ver a la familia. Ya pensó qué regalos puede llevarle a sus sobrinas. Analía, la más chica, le pidió una muñeca la última vez que lo visitaron en Capital. Juana dijo que prefería una cámara digital. A su madre pensaba comprarle una procesadora. Al resto alguna ropa para que no se quejen.
También le gusta escribir. Desea volver a tocar en una banda. Tiene alrededor de 200 canciones en su carpeta. Muchas de ellas de amor. Siempre quiso cantar, pero no se considera bueno (pero lo es).
Son las 18:30. Saluda a Adrián, el encargado de la tienda, y agarra su mochila para ir a la facultad. Le prometió a Anita que iban a ir a comer. Tiene pensado cocinarle él mismo, como sorpresa. Llega a la parada del colectivo. 5 minutos después se lo está tomando. Enciende el mp3 y pone 30 seconds to mars, mientras mira por la ventana pensando en lo grande que es la ciudad.

jueves, 2 de octubre de 2008

I could lie if somebody asked to me on my feelings towards you

A hundred days have made me older
Since the last time that I saw your pretty face
A thousand lies have made me colder
And I don't think I can look at this the same
But all the miles that separate
Disappear now when I'm dreaming of your face
I'm here without you baby
But you're still on my lonely mind
I think about you baby
And I dream about you all the time
I'm here without you baby
But you're still with me in my dreams
And tonight it's only you and me

Pasa el tiempo, las nubes corren con el viento y la lluvia llena la tierra con su mineral. Todo cambia, todo transmuta en algo nuevo, inevitablemente. La vida cambia, los amores y desamores pasan por mi vida. Mis labios besan con pasión otros labios, mis sueños se enfocan en recordar pieles extrañas. Todo es diferente a lo que una vez supo ser. Ni mejor, ni peor, simplemente diferente.
Este corazón canta canciones de amor a otros oídos que no son los tuyos, esta mente desea volver a ver otros ojos miel que no son los tuyos grises y pálidos. Nada es igual. Sin embargo, un alma solitaria, un alma que sólo vos pudiste comprender todavía te espera hoy; todavía escucha una canción de recuerdos que te canta con sus luces. Hoy, todo es distinto, pero mi alma abandonada te sigue buscando entre los rostros en la calle, entre los cuerpos que rozan el mío. Entre las miradas nostálgicas. Mi alma sigue guardando su tesoro para que vengas únicamente vos a buscarlo. Sigo aquí, y a pesar de intentarlo (juro que lo intento), de abrir mi alma a otras manos que quisieran acariciarla, nadie nunca ha visto las señales, nadie nunca supo comprenderla como vos siempre supiste.
Es por eso que hoy, escuchando una canción de extrañar, una canción que habla de que estoy sin ti, por eso y porque a pesar del tiempo, espacio y la vida misma, siempre voy a estar enamorada de vos, escribo estas líneas.