Un día me desperté y algo no era lo de siempre.
No sé si fue que el mundo cambió para adaptarse a los nuevos hechos o simplemente vi todo de otro modo.
Pero la cuestión es que a mi alrededor las luces tenían más brillo, el cielo jamás volvió a estar nublado aunque agua cayera de él.
Si, ese día desperté y me di cuenta que nunca más vería las cosas de la misma forma. La vida tenía un nuevo color, uno más cálido, más alegre, más creíble y menos temible a lo que venía acostumbrada.
Es eso, un día, luego de tanto tiempo, por fin desperté.
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