martes, 2 de abril de 2013

Miedos

Cuando sentis ese escalofrío que te recorre la espalda y se expande hasta la punta de los dedos, ya es el punto en que no sabés qué más pensar, y tu cuerpo te trata de indicar que debes detener toda esa neblina que se asoma a tus ojos y enfriar la cabeza. Porque no tiene sentido seguir regando la tierra si la lluvia ya se encarga de eso. Es absurdo deshidratarse y tu cuerpo te lo advierte, te indica que debes respirar hondo y esperar... Sólo esperar a que ocurra lo que tenga que ocurrir, a no desesperar y aguardar los sucesos. Porque por llorar el miedo no se irá, al contrario, se alimenta de tus lágrimas, vive de ellas y las usa como combustible para atormentar tu cerebro con supuestos y mentiras.
Así que ya sabes, cuando sientas ese escalofrío que te recorre el cuerpo, debes respirar hondo y tranquilizarte, siempre hay quien te de una palabra de consuelo y aliento. Y sino, siempre puedes volver a leerme. Aquí estaré y intentaré reconfortarte con mis palabras...

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