domingo, 15 de enero de 2012

Flor de invierno

Fue un instante, fue un silencio, fue la última luz del sol perdiéndose en el cielo.
El momento, la canción de fondo en algún rincón perdido de mi habitación, que de un segundo al otro se transformó en un himno a la soledad, augurando sueños, tormentos, pesadillas que destruirán mi paz.
Fue el recuerdo, la consciencia, el deseo de poder manejar el tiempo y el espacio, las voluntades ajenas a mi propio favor que me dejaron clavada en un casillero invisible sin posibilidad de acción, cual peón en decadencia, cual flor que se marchitó, cual humano estúpido que se creyó dios.
Fue la vorágine maldita en la que me sumergí intentando escapar de una vida la cual nunca viví. Fue esa luz en una esquina, esa música que cesó, el deshielo de mi alma que del invierno despertó.
Y como el vuelo de una hoja que de mí se aleja en el viento, una vieja piel se desprende, la coraza se desarma, las plumas renacen, mi energía me empapa. Como una flor de invierno que audaz se iza con sus pétalos al viento, florezco plena de vida.

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