viernes, 14 de junio de 2013

Otro año más

El tiempo pasa. Aun aunque yo quiera creer que no es así, que los años dentro de la eternidad no significan nada... Pero ya no puedo seguir en esa farsa, ya no me creo que 12 años no es nada. Pasan las horas, se acerca otro cumpleaños y tan sólo se hacen notar las ausencias que me acompañan festejo tras festejo, reencuentros prometidos que nunca se cumplieron.
Se viene otro año más y yo, a la que nunca le importó el paso de los años, siento que esta vez estoy a punto de derrumbarme bajo los cimientos de mi propia edad.
Quizás es la ansiedad que me carcome el cerebro, que habiendo dejado de fumar hace algo menos de un año atrás, aprovecha el más mínimo espacio para torturarme. No lo sé, realmente no lo sé. Aunque cada vez sucede menos, hay veces que espero que todo sea un sueño y me pellizco para despertar. Pero como la Alicia de Tim Burton, no funciona. Porque no es un sueño, aunque a ello se parezca. Es la realidad, la cruda y fría realidad. De que estoy aquí, de que no están más, de que nunca van a regresar.
Es la realidad de que me toca otra mochila, que me toca hacer otra ruta al caminar, es el otro platón de la balanza.

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