jueves, 29 de octubre de 2015

Verborragia sideral

Las palabras vuelan a la mente, llegan como un papel llevado por un viento huracanado que viene a quebrantar todas las voluntades construidas con castillos de naipe.
¿Que tanto significa una palabra que se quema entre las leñas de una vida caótica y sumergida en la vorágine de una civilización sin control?
¿Qué sentido se le encuentra al sin sentido que se presenta ante los ojos y muestra una realidad que no habíamos llegado siquiera a imaginar?
Estar sumergido en un mar de letras que se mueven en circulo desordenando y ordenando la coherencia en un baile celestial.
Digamos que estamos en una posición en que no sabemos si es mejor interpretar las señales o dejarlas allí, quietas en su posición, sin prestarles atención, esperando que pierdan el sentido en un mundo que se derrite y nos lleva como en un río de mágica sensación.
Y todo este tiempo en que nos quedamos pensando en toda esta locura que nos envuelve y a priori no parece tener mucho sentido, encontramos un símbolo, una flecha que nos marca una dirección. En ese momento en que descubrimos que todo aquello que no comprendíamos, un día cobra valor, se vuelve brillante y de alta definición. 
Ese día, hemos descubierto uno de esos grandes pilares que nos marcan a fuego, que nos indican por qué, siempre el porque, estamos aquí.

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