domingo, 28 de febrero de 2016

Idas y vueltas

No sé por qué a la gente le gusta cuando escribo sobre amores perdidos o sueños inconclusos.
Una vez, hace varios años, un colega escritor me dijo que mi parte más oscura era la más bella... Pero ¿qué gracia tiene ver el mundo tras un velo nublado? ¿Por qué he de ver hacia atrás cuando hay todo un camino por delante?
Lo cierto es que cuando me sentía triste y desvalida las palabras salían muy fáciles, porque el dolor hay que sacarlo fuera para que no te carcoma por dentro. Eso, sumado a una capacidad de expresarme en una prosa encantadora, hace que mis textos en aquella época fuesen como gotas de rocío en una mañana nublada: tristes, pero frescas.
Hoy por hoy, hace tiempo que nadie se gana realmente mi corazón, que no me ilusiono con historias de príncipes y princesas. Simplemente sigo viviendo cada día enfocándome en lo que me gusta, en ser yo misma, en vivir.
Eso, quizás, genera que no tenga un cúmulo de palabras las cuales vomitar... Pero eso no implica que mi amor por la escritura, por tratar de mostrar el mundo a través de mis ojos se haya apagado.
Siempre, aunque no queden escritas en papel o en internet, mis palabras vuelvan por el viento dando un toque de frescor a quien se anime a escucharlas.

Siempre, más allá de la vorágine de mi vida, mi amor por el arte prevalecerá. De eso, no cabe duda.

No hay comentarios: