domingo, 4 de diciembre de 2016

El fin de una era

Son momentos de cambios.
Resulta extraño, verse distinta en un mismo contexto, saberse parte de un final que da paso a un nuevo comienzo. Y resulta evidente que es necesario quemar etapas. Cerrar historias. Re-encontrarse a uno mismo.
Durante cinco años estas paredes a mi alrededor me vieron reír, llorar, amar y desenamorarme. Me vieron crecer, aprender y florecer en la persona que hoy soy. Estas paredes, estas puertas y ventanas fueron mi puerto seguro en un mar tormentoso. Por eso ahora, sabiendo que faltan tan sólo días para empezar otra vez es que le dedico estas palabras a mi (todavía) hogar.
Porque nadie me va a quitar las experiencias vividas, es el primer lugar donde viví por mi cuenta, el lugar donde pude empezar a expresar mi arte a través de la música del violín. Es un lugar que está cargado de recuerdos, de memorias y también algunos olvidos.
Claramente puedo afirmar que este es el fin de una era.

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