viernes, 13 de octubre de 2017

Cosecha tardía

Las luces bajas, un buen vino blanco y algo de música lenta, son el remedio ideal para un viernes agotador mentalmente.
Lo que comenzó como un preámbulo tranquilo terminó quebrándose en cientos de pedazos que se llevaron las últimas gotas de mi paciencia.
Ahora aquí, recostada en el sillón, escribiendo (¿qué haría yo sin escribir?), me doy cuenta de lo importante que es ser uno mismo y no dejarse atormentar por aquellos que se sienten superiores.
Vuelvo a decirme que es importante aprender a disfrutar de aquello que nos gusta, decir aquello que queremos decir, y buscar aquello que queremos conseguir.
La vida está hecha para disfrutarla, para vivirla con la conciencia tranquila de que no hay arrepentimientos, o por lo menos no significantes.
Así que si estás leyendo esto, te aconsejo pensar dos minutos en eso que realmente quisieras estar haciendo ahora... ¿Ya lo tienes? Bueno, ve a buscarlo, a hacerlo tuyo.

No hay comentarios: