Mi mente es un remolino de ideas al que sólo puede igualar los enfrentados sentimientos que habitan en mi corazón. La lógica me abandona dando paso al desenfreno. Los deseos se agrupan buscando la atención de mis sentidos y la locura que siempre me caracterizó deja de ser una mera ilusión.
Todo a mi alrededor es inestable. Las verdades son inaceptables, las mentiras piadosas, dulces al corazón. No puedo decidirme a que hacer o no. Todo flanquea, todo se mueve continuamente; la teoría del caos toma cuerpo propio en el mio. La inercia me deja en movimiento, no encuentro algo que pueda detenerme. Necesito detenerme.
Las palabras escapan a mis manos, los sentidos pierden su sensibilidad. Me pierdo, continuamente me pierdo en el todo de esta nada que llena mi cabeza. Necesito un momento de relajación y tranquilidad.
2 comentarios:
Agradecida por su firma y su grata vuelta, espero que las cosas anden bien por alli, y aclaro que espero de corazón que encuentres ese momento de tranquilidad tan preciado.
Besos!
Uf... hace unos días escribí algo que hablaba maaasomenos de eso. Es como que nos falta ese factor común en todas las cosas que nos suceden, que pueda darnos ese freno, ese instante de una certeza. Y ver las cosas desde ahí.
Si llega o no ese segundo, no lo sabemos... tarde o temprano pasará. Lo que sí sucede es que uno intenta que sea ya, y a veces cuanto más lo buscamos menos llega.
Publicar un comentario