domingo, 1 de junio de 2008

Deja la duda.

Muchas veces intento no pensar. Sé que si me largo a perderme en mi mente, termino en cualquier lado, recogiendo los pedazos de mi corazón que quedaron tirados por ahí. Termino pensando que todo termina siendo injusticia, que no hay tantas razones que nos hagan seguir adelante en la vida; pero no puedo evitar llegar a la conclusión de que aquellas cosas tan raras, escazas, escondidas en lugares insólitos, que nos hacen seguir, son todo el sustento que necesitamos.
Las ilusiones manejan nuestra vida, nos hacen soñar con sueños imposibles, posibles, reales e ilógicos. Los deseos nos motivan a seguir más allá de nuestros propios límites. Las convicciónes nos dan una pared contra la que apoyarnos. Pero no son lo que realmente nos hace seguir caminando a pesar de tropezarnos a todo momento. No son esas las cosas que nos abrazan cuando estamos mal, que nos escuchan, que nos comprenden (y no tanto, pero bueno), que nos dan momentos de felicidad. No. Por lástima esas abstracciones de la mente no nos sustenta en vida. Son las personas, sus actitudes, sus palabras, los sentimientos que nos transmiten. Las reacciones químicas que nos provocan, como dicen algunos. Son pequeños momentos vividos los que nos hacen querer seguir viviendo.

Quién sabe. Quizás sólo eso necesitamos.

2 comentarios:

Ale dijo...

En parte necesitamos solo eso, y en parte no. Porque siempre queremos algo más, cosa que está muy bien, porque si dejamos de desear cosas es como si dejáramos de vivir un poquito.

Razones para amargarse, para creer que nada vale la pena, realmente sobran. Pero siempre se nos aparece alguna sonrisa escondida para cambiarnos el día, algún gesto que creímos olvidado, algunos de esos detallecitos que nos mantienen de pie, volviendolo a intentar.

Asi que habrá que alimentarse de ellos, saber reconocerlos, y atesorarlos como esas miles de pequeñas razones para "no cortarnos de un tajo las venas" como diría Sabina :)

Lulú dijo...

Si, por ahí necesitamos pequeños momentos, pero también es inevitable el no amargarse, hacerse mala sangre o ponerse triste también. Lo bueno está en que podamos disfrutar aquellos momentos que nos hacen felices :)

Muchos besotes enormes Jaky, espero que por tus nubes las cosas anden bien :)