miércoles, 17 de junio de 2009

Sin nombre

Sigue corriendo el tiempo, y tu recuerdo es cada vez más lejano. Estos días en que la memoria me invade, en que me doy cuenta de que te extraño horrores, tengo ganas de llorar, de gritar al mundo lo mucho que todavía te necesito.
Y mi cuerpo podrá haberte engañado, otras manos han enloquecido mi piel, haciéndola estremecer de placer, pero nadie ha podido desnudar mi alma como lo hiciste vos. Ninguna caricia ha llegado a mi más íntimo ser.
Nadie ha podido iluminar aquellas sombras que cubren mis más preciados secretos... Esos mismos que con la sola mirada de tus ojos salieron a flote sin resguardo alguno.
Son días como hoy, en que caigo en la cuenta que tu amor cambió mi vida. Ese amor que logró vencer todos los obstáculos, que me hizo descubrirme a mi misma como una mujer diferente. Aquel que me permitió vivir realmente, dejando mis miedos a un lado, para tomar tu mano y caminar hacia adelante, sin importar lo que venga.
Tu aparición en mi vida marcó un antes y un después. Me hiciste conocer partes de mí que nunca hubiese imaginado que existían. Me diste el aliento para seguir adelante pese a la adversidad. Fuiste y seguís siendo el Hombre de mi Vida. Aquel que siempre tendrá un lugar en mi corazón, como se dice comúnmente. Pero tanto vos como yo sabemos que esto va más allá; incluso más lejos que el mismo infinito. Nuestro amor eternizado por la luz de la Luna.
El guerrero y su princesa. La guerrera y su guardián.
Nadie nunca podrá mitigar tu significado para mí. Aunque me enamore nuevamente, aunque nunca más regreses. Lo que nos une es un vínculo eterno de saber que alguna vez formamos una misma luz, fuimos dos enamorados del amor. Y las marcas que hemos dejado nunca se borrarán. Mi amor siempre será tuyo; más allá de que me enamore de otros hombres, de que quiera compartir mi vida con alguien diferente a tu persona. Esto va más allá de todo lo explicable. Esto es simplemente un sentimiento que aún no tiene nombre.

1 comentario:

Ale dijo...

"...sin que lo empañe la melancolía de los fugaces amores eternos..." reza Serrat. Hay personas que quedarán para siempre marcadas en nuestra piel, mente y alma y la idea nunca es olvidarlas, porque ya son parte de nosotros.

Lo que el día de mañana tengamos para entregar a otra persona, es en parte gracias a esa persona que quedó ya en ese pasado tan raro que se vuelve presente.

Y por eso es inmejorable que esté siempre en nuestro corazón, porque eso es lo que nos ayuda a seguir intentándolo, a seguir queriendo ser mejores nosotros mismos para serlo con alguien más el día que nos toque sentirlo.