martes, 20 de octubre de 2009

Delirios

Mi autoestima está por el suelo, ¿quién osaría intentar acostumbrar mis oídos a las palabras de consuelo? De nada sirve los por qué intentando justificar las trabas de la vida cotidiana. No me interesa saber las múltiples causas de los infortunios que me han tocado vivir. Lo hecho, hecho está. Lo vivido no son más que recuerdos olvidados en mi mente. No intento martirizar lo que me ha tocado en suerte, sólo lo admito, una y otra vez, lo admito: no he podido hacer que las cosas sucedan, ellas me hacen a mí.
















Va siendo hora de tomar las riendas, ¿no?
Y qué más da la tristeza del pobre condenado que no hace otra cosa que trabajar noche y día para nunca alcanzar su destino preciado. ¿Qué más da seguir y seguir renegando del camino si nunca se es capaz de reflexionar sobre las enseñanzas que se cansa de darnos la vida? Va siendo el tiempo de aceptar lo que nos toca, con los brazos extendidos, las manos abiertas, cada centímetro de nuestra piel dispuesta a recibir los soplos del viento en contra. No importa los obstáculos, no importan las tristezas, si somos capaces de entender que detrás de ellas, siempre se esconde la felicidad.

1 comentario:

lully desnuda dijo...

No creas Jaki, todo es posible amoldarlo y cambiarlo a nuestro favor, la mente es muy potente y una actitud positiva y optimista pueden con mucho.
Te abrazo con buena vibra!