viernes, 1 de enero de 2010

La isla

Me adentré en un mar de palabras buscando la frase más bella que puedan acariciar tus ojos. Intentando encontrar las oraciones ocultas entre las olas de coherencia, aquellas que forman el relato más hermoso que pueda existir; la olla de oro de este idioma que nos toca compartir.
Nadé y nadé entre puntos y comas, cual pez me sumergí en la oscuridad de las profundidades sin llegar a divisar la frase perdida. En vano gasté mis fuerzas para llegar al medio de un océano de lengua, me hallé perdida y sin razón.
Volví en mí, quién sabe cuánto tiempo después, en una orilla desértica. Resignada me quedé allí acostada sobre la arena, mientras que las lágrimas lavaban la sal de mis mejillas, hasta que el cansancio me venció. Desperté de noche, con las estrellas brillando tan cerca que podía tocarlas. Por mi mente vagó el recuerdo de la búsqueda frustrada y mirando como la inmensidad del cielo se abría sobre mí, me di cuenta que mi búsqueda estaba condenada al fracaso desde un principio, porque no existen palabras para describir lo bello de aquel paisaje oculto, ni el sentir tus labios devorando mi boca, es imposible poder escribir lo hermoso de tu ser fundiéndose en mi piel.
En esa isla perdida comprendí que no existen oraciones que puedan describir el sólo instante de tus brazos alrededor de mí.

1 comentario:

another knife in my hands dijo...

Voy a seguir Comercio Internacional (:, feliz año nuevo para vos.
Beso.