domingo, 31 de octubre de 2010

Reflexión 24va.

El problema no es que cueste ser feliz, ni siquiera que haya que atravesar un océano de lágrimas para llegar a un paraíso de tranquilidad.
El problema no se funda en que todo en la vida hay que pagarlo, ni tampoco en que muchas veces el destino cobra por adelantando.
El quid de la cuestión es que muchas veces nos cegamos, hartos de ver los malos momentos, que cuando las cosas buenas suceden, se nos pasan por alto.
Ahí es cuando estamos complicados.

1 comentario:

Lulú dijo...

Totalmente cierto Jaki, lo bueno está en darse cuenta que cosas buenas nos están pasando.

Un abrazo!!