Algún día iba a llegar ese impulso suicida
que lleva a boicotear todo lo que emprendo.
De a poco dejo aflorar lo peor de mí,
rompo con los esquemas, quemo las naves,
destruyo el pequeño mundillo que construí.
Arraso con la fuerza de una tormenta de arena.
Y me quedo así, mirando como el humo se eleva,
se aleja de la tierra donde yacen los restos
de una vida que no supe cómo vivir.
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