jueves, 19 de abril de 2012

La Rueda de la Fortuna

Una de las cartas más ambiguas y absoluta del tarot. Representa el cambio que nos trasciende y el mismo que provocamos. Va más allá y demuestra que los cambios son algo natural en la vida de todo ser; los ciclos como parte inherente a nuestra naturaleza. Simboliza lo cósmico de poder salir a flote con tan solo una variación en nuestro futuro, como la posibilidad de hundirnos en las tinieblas por nuestra dejadez hacia lo que vendrá.
Es una carta del cambio, del ida y vuelta, de la realidad como se nos representa a través de los años.
Últimamente esta carta ha cambiado de posición varias veces en la baraja de mi vida: de cabeza, de pie, de cabeza y ahora de pie. Me encuentro en la cima de la rueda, viendo desde lo alto todo lo que me rodea, dominante y abarcativa es la mirada que me da seguridad y complacencia.
Y se viene la pregunta inevitable, esa maldita pregunta que nos acosa considerando el tema del que hablamos: ¿qué pasará cuando, una vez arriba, tenga que bajar? Pues, la verdad, no me importa. Hoy puedo decir que me da igual, si todo lo que sube debe bajar, todo lo que baja, inevitablemente subirá.
Hoy estoy en la cima, me siento fuerte para soportar cualquier caída que en el futuro se venga a presentar, y más aún, me siento segura de poder volver a escalar, hasta lo más alto y disfrutar de la vista que se abre sobre los frutos de la lucha eterna para conseguir la felicidad.

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