domingo, 9 de noviembre de 2014

Mis memorias se resisten al olvido

Han pasado más de dos años y aún recuerdo esa noche en la que la fragilidad se apropió de mi cuerpo... En la que sus brazos me contuvieron y me cuidaron. La noche en que me besó por primera vez para adueñarse para siempre de mis labios.
Han pasado más de dos años y sigo recordando esa primera mañana en que lo encontré durmiendo a mi lado, increíblemente plena y feliz de tenerlo junto a mí.
Esa noche, esa mañana, aunque me costó mucho tiempo admitirlo, fue cuando encontré un sentimiento que pensé perdido para siempre.
Ese hombre es al que mi corazón eligió amar sin reparos, sin límites. Y aunque pasaron muchos días en el medio, es el día de hoy que aún siento sus manos acariciandome con cuidado. Que mis labios se resecan extrañando los suyos.
Esa noche mi estrella eligió el destino de su luz. Y aunque la Luna muriera de celos, me entregó para siempre a ese hombre apuesto que apareció cuando menos lo esperaba.

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