sábado, 25 de noviembre de 2017

Entrega #2

-¿Fuiste?
-Fui.
-¿Y? ¿Lo viste? ¿Le hablaste?
-Lo vi, pero no pude hablarle. No me animé.
-Ay, Nati... Pero ¿para que fuiste entonces?
-Porque necesitaba verlo... Fui con toda la intención de hablarle, pero cuando lo vi desde lejos, automáticamente me escondí tras una columna y me quedé ahí. No pude evitarlo... ¡Ahg! no pude enfrentarlo, Sofi, simplemente eso, no tuve el valor.
-Está bien Na, a veces pasa... No sé por qué te pones entre la espada y la pared, al pedo... Si ya sabes que no vale la pena... ¿Qué más le vas a decir?
-Lo sé, créeme que lo sé. Pero fue un impulso. Mis pies me llevaron solos hasta allá, y cuando me quise dar cuenta, ya estaba ahí. Al menos ahora sé que no vale la pena el esfuerzo, si ni siquiera puedo hablarle.
-La próxima date cuenta de eso antes de ir. No quiero que sigas sufriendo, no por él, que no vale la pena.
-Ese es el problema, Sofía. Que me cuesta todavía convencerme de que no valga la pena. Sé que es un camino sin salida, sé que jamás me ofrecerá lo que yo necesito, pero sigo siendo una terca apostadora, que le cuesta tirar las cartas al maso.
-Si seguís así, Nati, vas a terminar perdiendo todo. Pensalo.

No hay comentarios: