jueves, 18 de octubre de 2018

Patas para arriba

Me siento completamente desorientada, como si un terremoto y un tornado hubieran pasado por mi vida al mismo tiempo y dado vuelta absolutamente todo.
Sí, lo sé. Parece extremista. Pero, acaso ¿nunca han tenido esa sensación? De que las cosas no encajan, que lo que parecería ser lo correcto al mismo tiempo no lo es... Y que nada, absolutamente nada, tiene sentido en verdad. No, no me refiero a una sensación depresiva de "todo esta perdido, ya no hay nada que hacer". Nada más lejano a eso, sólo tener la absoluta certeza de que nada se encuentra en su lugar. Una certeza pura y calma, casi como la resignación (casi). Es tener esa sensación de que estamos en el hoyo del conejo blanco, boyando en el aire y dando vueltas continuamente, hasta perder la noción de qué va arriba y qué va abajo.
No puedo negar que este estado pseudo-zen de la inevitabilidad del desorden en que se ha convertido mi vida me tiene algo cansada. Pero estoy inmersa en tanto lío que, la verdad, no encuentro el camino de salida. Necesito un faro que me oriente en medio de tanta incertidumbre.

No hay comentarios: