miércoles, 28 de mayo de 2008

Un recuerdo más

Cuenta una vieja historia, que una vez alguien me contó, que lejos de este mundo existe una tierra de dragones y princesas, de magos y guerreras, donde el Sol nace cada mañana para morirse cada atardecer, siempre renaciendo, siempre muriendo. Allí la Luna es guardiana de la vida, embajadora de los poderes del universo. Cuentan que su templo es una visión de ensueño, con columnas de cristal, y pisos de malaquita. Un patio de flores blancas con una fuente inmortal en su centro.
En ese mundo lejano, existen las guerras, los héroes, las mentiras, los amores prohibidos, los engaños, las traiciones, los amigos, los hermanos perdidos, los sueños, el dolor y la felicidad. Allí todo se conjuga de manera tan real como nuestra realidad. Allí los niños crecen deseando ser cazadores, ser guerreros, ser leñadores, princesas, hechiceras, curanderas. Allí las mascotas son tigres, dragones pequeños, águilas, serpientes. Allí los viajes van más allá de las fronteras del mundo, hacia otros donde cosas diferentes les aguardan a los visitantes. En esa tierra de verdes praderas, montañas azules, mares infinitos, los recuerdos quedan guardados en cofres de cobre, y las ilusiones bañan el aire con un aroma fresco y jovial.
Cuenta la historia que muchos años atrás, una niña que nació para princesa, fue separada de su hermana cuando ésta tuvo que viajar. Sus padres habían muerto y ellas sólo se tenían la una a la otra. Sin embargo, cuando la separación se hizo inevitable, la niña menor quedó a cargo de una hechicera hasta que su hermana mayor volviera. Los meses pasaron y el alejamiento fue doloroso para las hermanas.
Siete meses después, cuando la niña mayor volvió a su hogar, no encontró a su pequeña hermana ni a la hechicera. Ambas desaparecieron y nada pudo saber de ellas. Tanto fue el dolor que sintió que las nubes lloraron con ella la perdida. Mas la niña no se quedó en el lugar, y fue en busca de su hermana perdida. Así recorrió ese extravagante mundo, cruzó a los más lejanos; los años la convirtieron en una guerrera errante que nunca permanecía mucho en ningún lugar. Hasta que sus opciones se agotaron, sólo quedaba un lugar posible donde buscar, y así entró a nuestro mundo, convertida en una mujer entre muchas. Y aquí siguió su búsqueda, nunca bajando los brazos, llorando, acompañada de las nubes, a su hermanita. Y cuando las esperanzas estaban por terminarse, escondida detrás de muchos niños en una escuela, por fin encontró a su hermana perdida...
Ahora ellas viven juntas aquí, compartiendo una vida en este mundo tan real, tan falto de dragones y princesas, con perros y gatos de mascotas, con administradores, psicólogos, médicos, empleados, amas de casa, vendedoras. En un mundo de nubes pasajeras, y mares grises. En este mundo en que el amor, el odio, la traición, la amistad, el dolor y la felicidad también existen, pero de manera diferente. Pero todo ello no afecta a las hermanas, porque sólo el cariño que existe entre ellas y el vínculo imperecedero es lo que les importa.






*Cursi quizás... Pero es lo que hay. No tengo ganas de escribir cosas dramaticas, más que nada porque sólo hay un lugar de donde saldrían, y no vale la pena.*

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