jueves, 19 de noviembre de 2009

Entre la espada y la pared

Estoy en un dilema... Uno bastante complicado. Conocí a alguien que, sin darme cuenta, se ganó un espacio en mi cabeza. Si, sin darme cuenta, porque cuando me quise acordar, me la pasaba pensando en ese encuentro fortuito, en esos ojos. Traté de quitarle importancia al asunto, dejé pasar el tiempo, pero la imagen, las palabras seguían aquí. Entonces decidí avanzar un paso yo también, le devolví la gentileza de dejarme conocer algo de su vida, dándole algo de la mía. Sin embargo, la respuesta se hizo desear, había llegado a perder la esperanza de volver a saber de él cuando finalmente reapareció. Me dura un poco la sonrisa de tarada al ver simplemente letras escritas en un monitor, pero así fue. Confirmado: el ilustre desconocido se había ganado un espacio en mi vida.
Ahora bien, ¿qué hacemos con lo que ya había? Lo complicado de cuando aparece alguien nuevo, es que los que ya estaban siguen ahí y ahora resulta que hay que replantearse qué papel le toca a cada uno. El ilustre desconocido todavía no es más que eso, una persona nueva que apareció en mi vida de manera inesperada y todo lo que viene me es ajeno, pasé la etapa de pensar a cada paso como será el siguiente, me doy el lujo de dejarme fluir con la corriente. Sin embargo, hay personas que ya tenían espacio en mi vida, en mis sentimientos que ahora se han vuelto nebulosos. Estoy confundida. Y por momentos, la alegría que me genera alguien nuevo se ve opacada por la tristeza que me genera alguien que ya estaba. Ahora no sé que pensar, o lo que es peor, qué sentir. No puedo negar que me siguen pasando cosas, y por más de que todo haya acabado, de que haya encontrado alguien más, no puedo negar que me sigue afectando... Que hay alguien que no estoy dispuesta a perder...
No sé que hacer, me siento entre la espada y la pared.

1 comentario:

Café (con tostadas) dijo...

no soy muy buena para esto... pero te diría que pienses este punto:

por algo, aunque alguno estaba 'de antes', aparece alguien nuevo que se gana un lugar en tu vida y tus pensamientos...

Quizás, y sólo quizás, ese lugar estaba vacante aunque no te hayas dado cuenta! (acordate, la materia es impenetrable y algunos sentimientos... también!)