miércoles, 30 de julio de 2008

LXX

Mis manos tiemblan entre las tuyas. Mi respiración es rápida y ansiosa. No me queda mucho más que hacer que seguir esperando, aguardando a que mi cuerpo me responda y se digne a confiar en mí. Miedo, incertidumbre, locura de no saber cuales son las expectativas. No hay nada que hacerle. El ruido es monstruoso, y las aves escapan a las primaveras de muerte.
Todo parece catastrófico, pero mi camino me exige que continúe, mi destino me aguarda a la vuelta de la esquina, y nada más que avanzar se me pide. Pero es que hay tanto ruido entre vos y yo.

2 comentarios:

Ale dijo...

Siempre hay ruido, pero hay que romperlo. Y además estando solos hay más ruido muchas veces. Como escuché: "La soledad son ese montón de sonidos que no escucha nadie, pero que hacen demasiado ruido".

Rompé con eso y no tengas miedo, porque al final de cuentas el miedo siempre es sufrir y perder algo, y cuando nos quedamos a mitad terminamos sufriendo y perdiéndolo igual.

Asi que al menos que haya una oportunidad, solo una, de cambiarlo todo :)

Lulú dijo...

Vamos pa delante Jaki! Ese ruido, ese lío que no te deja avanzar, es siempre creado por nosotros, las malditas y propias inseguridades...

Besotes enormes!