Por alguna calle de la ciudad caminas.
De vez en cuando volves hasta acá,
esperando la respuesta perfecta,
esa que nunca vas a escuchar
porque no soy lo que esperas de mí.
Soy lo que siempre quise ser:
libre, como el viento, como el fuego.
Y así tendrás que aceptarme,
así tendrás que amarme,
porque eso no lo pienso cambiar.
Y aunque no diga lo que vos queres escuchar, aunque mis lágrimas no lleguen a tu hombro, algo más fuerte de lo que nunca me imaginé me sigue reteniendo en tu recuerdo perdido.Y a pesar de buscar mil formas de olvidarte, es mejor recordar los buenos momentos y de a poco dejarte ir.
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