domingo, 3 de mayo de 2009

Format C

Hay decisiones que tomarlas parece fácil, pero cuando tenemos que llevarlas a la práctica, ahí es cuando nos damos cuenta lo doloroso que resultar decidir. Puede pasar un lapso de días, años, vidas para que esos efectos prácticos se hagan sentir, pero también puede pasar sólo un instante, un lapsus de tranquilidad con la consciencia, hasta que caemos en nuestra propia estructura decisiva. Nos damos cuenta que la decisión implica un duelo, un paso que hacía tiempo veníamos intentando esquivar. Pero todo llega. Tarde o temprano, debemos tomar decisiones, unilaterales, para poder seguir adelante, para poder caminar la vida sin que haya una cadena que nos impida avanzar. Y duele, lastima los tobillos tirar y tirar de la cadena, hasta que finalmente, con un tirón fuerte y seco, logramos romper esos eslabones que nos sostenían.
Cuesta explicar el dolor que genera este paso, este quiebre, este cerrar capítulos. Pero no se puede desestimar lo necesario de hacerlo. Hay cosas que no podemos sostener por demasiado tiempo. Llega un punto que es necesario darse cuenta, caer en la cuenta de qué es lo que estamos haciendo. Se llega al punto en que el castillo de naipes se cae con el leve soplido del viento. Y tenemos que comenzar de nuevo, tenemos que decidir si queremos volver a crear castillos frágiles, o bien, intentar construir algo sólido, con ladrillos que encajen y no con cartas que vuelen.
Son todas estas metáforas las que intentan explicar que hay decisiones que tomamos que son sumamente necesarias, más allá de las consecuencias negativas para nuestro ánimo. Porque la verdad duele sólo al principio, dicen. Hoy tomar decisiones parece fácil, aplicarlas duele, pero finalmente, en algún momento van a traer tranquilidad, saber que hemos terminado con algo que nos generaba malestar, dolor o incertidumbre.

Ya tomada la decisión, el dolor que nos trae su puesta en práctica es algo inevitable. Más cuando implica borrar sentimientos, transformarlos, desplazarlos de la escena. Tomada mi decisión, escribo formatear corazón y aprieto enter.

2 comentarios:

another knife in my hands dijo...

Cuesta explicar el dolor que genera este paso, este quiebre, este cerrar capítulos. Pero no se puede desestimar lo necesario de hacerlo. Hay cosas que no podemos sostener por demasiado tiempo. Llega un punto que es necesario darse cuenta, caer en la cuenta de qué es lo que estamos haciendo. Se llega al punto en que el castillo de naipes se cae con el leve soplido del viento. Y tenemos que comenzar de nuevo, tenemos que decidir si queremos volver a crear castillos frágiles, o bien, intentar construir algo sólido, con ladrillos que encajen y no con cartas que vuelen.
*-*
me encanta como escribís, parezco repetitiva pero alskdaslkd. me gustaría haber escrito eso yo ajaja (:
y sí, angelina jolie es la señora pitt todavía, aunque no esten casados.

Jaki dijo...

Muchas gracias Señorita :) Es un placer que pases por aqui. Besos.