sábado, 8 de agosto de 2009

La distancia

Dije adiós, nos vemos en unos días Buenos Aires, mientras el micro salía de la terminal. Miré el cielo seminublado, y con un suspiro me recosté en el asiento. Hacía mucho que no veía el paisaje que se abría ante mis ojos: campo, extensiones de siembra y ganado que pastaban tranquilamente bajo el sol. Intentaba no pensar. Intenté escapar, huir lejos de tu recuerdo. Pero a cada kilómetro que me alejaba de la ciudad, tu sombra aumentaba, cubriéndome como nubes de tormenta que amenazaban con llorar.
Por un instante creí que la distancia aplacaría mis pensamientos, que los campos se interpondrían entre vos y yo, dejándome romper con esas cadenas de las cuales tiro constantemente, queriendo ser libre a ese deseo, a esas ansias por verte a cada instante. Pero no lo logré. Mientras más lejos me encontraba, mi mente me torturaba cada vez más. Recuerdos. Dolorosos recuerdos, que me aprisionaban. Ya no sé que más hacer. Ya estoy inevitablemente perdida. Quisiera que alguien tomara mi mano y me guiara en la dirección correcta.
Hace dos años que me perdí en tus ojos. Hace dos años que quiero escapar.
Supongo, que dadas las cosas, no me queda otra que seguir intentando.

1 comentario:

Mariano De María dijo...

Me veo tentado de decirte una frase de Frágil, creo que te imaginaras cual, prefiero no escribirla, si mencionartelo, la que dice el padre del Tuerto a Franco (que en esa epoca todavía no era el tuerto...)

http://marianodemaria.blogspot.com/