sábado, 29 de agosto de 2009

Un candombe en la cabeza

Estoy sentada en la oscuridad de mi habitación, con la radiación de la computadora quemándome los ojos adormecidos. Me desperté hace instantes por una sensación a punzante en la garganta. No sé por qué, ni si tiene realmente una razón de ser ese dolor en mi yugular, pero fue tan intenso como para hacerme abrir los párpados cansados y sacarme de mi cama.
Abrí las vías comunes de comunicación pensando que quizás, lejano y tardío quizás, algo era lo que motivaba esa sensación. Esos sucesos que pasan a pesar de nosotros que, aún así, pueden afectarnos para darse a conocer (y mientras escribo estas palabras, vuelvo a sentirlo). Y lo peor de todo esto es que temo por vos. Porque te haya sucedido algo y yo lo sintiera (como ya ha pasado en otra ocasión). Estúpidamente busco alguna señal de algo que probablemente no exista; pienso que aún me necesitas...
Qué sé yo. Últimamente pienso muchas tonterías.

1 comentario:

Lully desde Ref. al desnudo dijo...

Cavilaciones que reflejan el interés por esa persona que sigue ocupando a intervalos tu espacio.

Un abrazo con afectos renovados!