miércoles, 8 de septiembre de 2010

CCXXIV

Tu nombre me suena a hierba, dejándose arrastrar por el viento de primavera.
Tu boca me sabe a tierra fértil, por la cual me encantaría recorrer ida y vuelta.
Tus manos cual ráfagas de viento se enredan en mi pelo, juegan con él.
Y tus ojos... Esos ojos que miran con la certeza de saber qué es lo que quieren.
Todo tu ser es naturalmente atrayente, naturalmente encantador.
Tan sólo tu presencia hace que las nubes se corran y brille en mi día el Sol.

1 comentario:

Lulú dijo...

Como siempre digo, dije y diré, que lindo que es leerte Jaki, un placer.

Un abrazo!
:)