miércoles, 29 de febrero de 2012

El grito del viento

El viento gritó.
Sentí como tu llanto iba arrastrándose entre tus manos, que en vano intentaban ocultarlo.
Pude ver a través del espacio entre los dos, masticar tu dolor, abrazarte de lejos.
Y tu ni siquieras lo supiste.
Llevaste la cruz solo y sin consuelo, hasta la punta de la colina para colgarte.
Narraste tu historia a los sordos para que algún día se olviden de vos como si no hubieras existido.
Y yo sin poder detenerte.
Pero el viento gritó, tan fuerte que no hubieras podido silenciarlo aun desatando una guerra.
Y en sus gritos supe que estabas intentando destruirte, borrar tus pasos sobre la arena del tiempo.
Y entonces rogué.
Le pedí a las damas y señores que manejan este universo que eviten esa tragedia.
Supliqué que te hicieran ver que la soledad no era tu única compañía en esta tierra hostil.
Una tormenta se desató.
Y tan fugaz como llegó dio paso al Sol, dejando tras de sí un arcoíris que se interpuso entre la cruz y vos.
Entonces lloraste otra vez, viendo en las luces cientos de destellos que te despertaron los recuerdos.
Dejaste caer la cruz.

Dejaste que mi abrazo te alcanzara.

Dejaste tu coraza atrás.

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