Hubo un silencio. Todos
quedaron inmóviles para ver lo que venía a continuación. Una única luz,
alumbrándole desde el cielo, dejándole el rostro bajo en penumbras.
¿Ahora qué?
Se
había jugado la vida en ese instante, rompió con las cadenas que la
mantenían sujeta a una existencia de indiferente normalidad. Ya no podía
seguir siendo una más del montón, ya no volvería atrás a refugiarse en
las sombras del desconocimiento. Ahora había dado un salto al frente,
irrumpido en ese momento de efímera celebración para decir su verdad,
para gritar aquello que le habían obligado a mantener dentro,
pudriéndola desde sus entrañas y asfixiándola hasta la locura.
- "¿Y ahora qué?"
Ahora
debía hablar, debía dejar salir esos demonios que habían criado dentro
de su ser... Tenía que dejarse ser, porque si no se autodestruiría
definitivamente, arrasando consigo todo lo que la rodeaba.
-"Ya no más..."
Sus
manos temblaban al costado del cuerpo, su furia se filtraba entre los
dedos de los pies, echando raíces en la tierra. Respiró hondo, contuvo
el aliento y levantó finalmente la mirada.
- "Por favor, ya no más."
En
sus ojos una cascada de emociones fluía sin resguardo, una mezcla de
angustia y alivio por dejar salir todo aquello. Su público la miraba
desconcertado, sin animarse a hacer nada para detenerla. Sabían lo que
había llevado a esa muchacha hasta ese lugar, sabían que lo había
provocado también.
- "No más abusos, no más heridas que no sanan
ni con sal. Basta del maltrato físico y psicológico, de los insultos por
las mañanas y las palizas por las noches, basta de violarnos, de
atarnos y amordazarnos para evitar que nos defendamos. Basta de ser un
objeto de vuestra posesión. Somos libres, todos y cada uno de nosotros
somos libres y como tales podemos decir Basta de una vez. No les temo,
ya ni la muerte salvará mi alma luego de tanto dolor..."
El
círculo fue cerrándose sobre ella, la fiesta había terminado, su
espectáculo prácticamente también, no quedaba mucho tiempo, debía
terminar lo que había empezado antes que la acallaran...
- "No me
importa lo que me pase, no importa qué sea de mí, hoy mi grito se
escuchará hasta el desierto más lejano, ustedes no podrán limitarlo, y
mientras intentan en vano que el eco no resuene, mis hermanos comenzarán
a reproducirlo de nuevo en distintos puntos del país. Porque ellos
ahora son libres, mientras ustedes se encargan de terminar conmigo
aquí... Ya no más."
Y la luz se apagó en el mismo instante en que las sombras se echaron sobre su cuerpo.
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