jueves, 8 de enero de 2009

Enemigas

Quizás te ha pasado. El no saber que esperar, el no entender qué eres, la continua duda que te persigue de no saber. A mi me está pasando. Una duda con la que lucho constantemente, con la que me acuesto y me levanto. Esa enemiga íntima que va conmigo a donde vaya, que me mira del otro lado del espejo amenazándome con el insomnio. Esa duda que no me permite vivir abiertamente el sinfín de sentimientos que recorren por mi cuerpo, como ríos de energía dándole vida a cada célula que me forma, dando significado a mi pequeña existencia dentro de este gran sistema. ¿No es aterrador? Tener sólo la certeza de la existencia de la duda. No confiar en nada de lo que se nos dice. No amar a nadie plenamente. No vivir los sueños por miedo a que realmente no se realicen. La duda. Tan monstruosa es que no me permite hoy pensar tranquila. Aniquilando todos mis deseos, me acorrala en el fondo de mi habitación, con mis manos alrededor de mis piernas, en un intento absurdo de protegerme de ella. La muy desgraciada duda que me absuelve de todo placer por no saber si realmente es. Estoy harta de la duda. Lucho contra ella noche y día, pero aún no logro vencerla. Sólo queda un camino para vencer a mis dudas, el más complicado, el que menos depende de mí... Y ese camino es que mis dudas, se conviertan de una vez en certezas.

No hay comentarios: