lunes, 9 de marzo de 2009

Piedra libre...

Me habré levantado hace unos 30 minutos. Estoy con una tasa enorme de capuccino de sobrecito. Escuchando música, pensando con qué me voy a vestir. Y entre tantas cosas comunes me encuentro con que me ven rara. Como esperando algo. Y eso es lo extraño. Que luego de mucho tiempo, después de muchos días de pensar y repensar. De vivir y revivir. Finalmente dejé la espera, o cambié de destino.
La vida es un juego loco, en el cual las reglas cambian de persona a persona. Un ajedrez, una escondida por aquí, algunos jugando póker más allá. Todos sumergidos en sus propias diversiones con las que viven. Y qué difícil se vuelve describir este panorama. Qué complicado se hace ir cambiando de reglas todo el tiempo. Pero, o las aceptamos, o nos retiramos del juego. Esa regla sí es clara. Si hemos aceptado jugar tenemos que asumir nuestros riesgos. Lo mismo cuando otras personas desean unirse al nuestro. Ellas tienen que aceptar sus riesgos. No voy a negar que algunas reglas son negociables, pero generalmente, las más importantes no lo son. Así que no analizaremos este punto.
He cambiado de juego como cambio de mes más o menos. Muy sutilmente, a juegos conocidos, o con reglas similares a las que venía respetando. Pero he comenzado a aburrirme. Estoy como Alicia en el juego de la Reina, con todos alabando como zonzos (jaja, me da gracia esta palabra) a la vieja gorda, mientras yo, con mi vestido azul y mi palo-flamenco rosado, espero mi turno para tirar. Y siguiendo con este recuerdo, me niego a llegar al punto en que las cartas se pegan al suelo, mi bocha-nomeacuerdoqueanimalera se niegue a rodar y que mi maldito palo flamenco me haga cosquillas en la panza. Me niego a ser el hazmerreir de todos los aduladores de la reina. Así que como Alicia, pero sin mi gato risón, le digo chau a la reina, le levanto el vestido para dejar a la vista unos calzones con corazoncitos, me como mis hongos, me vuelvo gigante y salgo corriendo al volverme luego chiquitita. Corro, sin rumbo, sin destinos, sin deseos, he encontrado un nuevo juego divertido: correr.

3 comentarios:

Café (con tostadas) dijo...

Siendo así, podés ignorar el comentario en el post anterior! jajajaja

Y dale con la carrera... eso sí, si se arma una mancha chiflame que me sumo ;)

another knife in my hands dijo...

jajaja me gusto la comparación con Alicia.
me hace recordar mi infancia n.n
besito.

lully desnuda dijo...

Una serie de analogías que me han encantado. Lo relevante es tener ese espíritu alegre y optimista y cargado de energías que, nos permitan salir avante en las muchas partidas de ajedrez que nos corresponda vivir.

Un abrazo mañanero!