lunes, 10 de mayo de 2010

El soñador

Desde su infancia se había acostumbrado a mirar el movimiento de las copas de los árboles con especial interés. Paseaba por la calle con la mirada perdida en el horizonte. Al hablar con él, se lo notaba lejano, perdido en un mundo de lingüística y significantes. Si no fuera porque desde que era pequeño e inocente tenía esa mirada que veía más allá de la piel, muchos habrían pensado que se había perdido en costumbres enviciantes.
Ahora, siendo un adulto responsable, trabaja, se mantiene, se relaciona con todos como cualquier otra persona que camina por la ciudad, pero su mirada sigue ida, distraída de las cosas más triviales de la vida cotidiana. Es que él es un soñador empedernido. Se pasa el tiempo pensando y repensando mil versiones de todas las historias que alguien quisiera contar. Finales felices, finales inesperados, finales fatales. Todos los tipos y colores pasan por su cabeza. Mira entre las hojas las palabras, como escritas por un fantasma, que le narran la biografía del mundo en el que vive.
Él vive soñando un mundo distinto, un mundo mejor, un mundo ideal.
Se pasa tanto tiempo soñando con la utopía que se olvida que se está perdiendo de vivir el mundo real.

1 comentario:

lully dijo...

Hi dear Jaki!!
Y no creas, hay muchas personas que lo hacen y que escogen ese mundo utópico para no abrir los ojos a realidades. Pero no, hay que mirar la vida y vivirla con los colores grises, negros o blancos y transformarlos de colores.

Un abrazo gigante y que gusto leerte!