sábado, 4 de febrero de 2012

Humedad

Hace demasiado calor... Poco aire fresco, tu cuerpo, el mío. Y la humedad. Esa misma que empieza a envolvernos en sus brazos tibios, pegando poco a poco la ropa al cuerpo. El ambiente comienza a vibrar, una música se apodera del silencio y nos convierte en parte de su compás. 
El sudor empieza a empaparnos. Tu rostro, el mío, como  riscos por donde gotas comienzan a caer. El espacio entre nuestros cuerpos se vuelve obsoleto. Puedo sentir como se eleva el calor de tu piel, el brillo de tu espalda desnuda, es una invitación. 
Me dejo llevar, te doy vía libre para que te apoderes de mi racionalidad, la vuelvas obtusa y me lleves por el camino donde esta humedad que me domina, que nos domina, comienza a ser placentera, a dejarnos deseosos de que nunca se acabe.

1 comentario:

MADgun dijo...

Muy sutil. Sublime.