sábado, 11 de julio de 2009

Borges

Quizás nadie crea en mí.
Quizás mis palabras se pierdan en el tiempo,
y con ellas mis ideas, sentimientos.
Probablemente nadie piensa en mí.
Ni si tengo frío por las noches, mientras
la estufa apagada y el reloj vigilan mi sueño.

Ya sé que no hay algo que valga la pena
si sale de mí. Porque mis pensamientos
son grano de arena en este gran desierto,
son un vaso de agua salada del mar muerto.
No significa nada cada sílaba que enuncio
porque el dolor y el amor son extraños
caminando por las calles de este barrio.

Y más allá de todas las palabras
que puedar sentarme a escribir,
aún así pareciera
que nadie cree en mí.

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