Hace 6 años atrás existían la inocente rebeldía del “no importa qué pase”, hoy estamos ahogados en una maraña de miedos e incertidumbres. La vida nos dio un vuelco de 180º y ningún minutero podrá girar contra ello.
Hoy estamos todos de pie, nuevamente frente a lo que vendrá, seguimos parados y levantando la mano para que la justicia sea real, para que no existan más sitios de duelo en la ciudad ni en el país. Que ya no se permita poner en riesgo la vida.
Las cárceles no son suficientes, el hierro frío apaga las llamas de nuestro duelo.
Hoy, nuevamente, estamos luchando para que la sociedad sea consciente y nunca, pero nunca más, perdamos tanto ángeles por la imprudencia.
"Y que nunca, pero nunca se repita..."